Vayamos por partes, como diría Jack el Destripador. El año 2020 fue muy bueno para la filial española de Pfizer: disparó la facturación un 6,2%, hasta los 645,7 millones de euros, según las cuentas presentadas en el Registro Mercantil y recogidas por Cinco Días. El negocio de Pfizer en nuestro país se concentra en la división farmacéutica (639 millones), dejando en casi residual el negocio de productos sin receta.

El beneficio, sin embargo, no superó los 17,25 millones, lo que supone un descenso del 2,8% respecto a 2019. Por su parte, el beneficio de PIMB OFG Holding, el grupo que integra a la filial, también fue inferior: 244 millones frente a los 294 millones del año anterior. La compañía aprobó un dividendo de 225 millones, de los que 158,9 millones fueron a cargo de la prima de emisión y 66,1 millones con cargo a resultados de ejercicios anteriores.

Todo esto sucede antes de la explosión del negocio de las vacunas, que se verá reflejado en las cuentas globales de la multinacional, así como en las de la filial española, de 2021.

El otro hito reseñable ha sido la incorporación de Pfizer a la CEOE, donde la multinacional participará activamente en las comisiones de Sanidad y Asuntos Sociales y de Investigación, Desarrollo e Innovación. A la patronal se le está ‘cayendo’ la ‘E’ de ‘Española’. Dirán que se trata de la filial de Pfizer (¡sólo faltaba!), pero no es menos cierto que las filiales se deben a su matriz.

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