Las petroleras se mueven a dos velocidades, lejos del batacazo que les supuso el Covid y de las elevadas cifras por el encarecimiento del crudo y del gas en 2022, y cada una a su ritmo. Si hace días se veía que muchas estaban a la baja en bolsa (RepsolTotalEnergiesEniBP, ExxonMobil y Chevron, por ejemplo) por el descenso en la cotización del Brent, ahora unas hacen lo mismo y otras suben. Y en este contexto, se ha conocido que Shell y Equinor han mejorado sus resultados del primer trimestre, superando sus previsiones, mientras que Pemex ha ganado la mitad que hace un año.

La cotización del barril de Brent estaba hace dos días en 79 dólares, lo que desdibuja en gran parte el aumento que vivió tras el recorte de producción de la OPEP+ anunciado hace casi un mes, según refirieron los analistas del Banco Sabadell. Ahora, ha seguido descendiendo, situándose en 72,85 dólares, por los riesgos de recesión y tras conocerse un fuerte repunte en los inventarios de gasolina en EEUU durante la última semana, han señalado esos mismos analistas. Sin embargo, en las cotizaciones de las petroleras hay un poco de todo: Repsol (+0,80%) y Shell (+1%) suben, por ejemplo, mientras Equinor (-2%) y Pemex -0,2%) bajan.

En Shell, el beneficio neto ha subido un 22,4%, a 7.887 millones de euros, y en Equinor ha ascendido a 4.498 millones (+5%)

Vayamos a los resultados. En Shell, el nuevo CEO, Wael Sawan, se ha estrenado con buenos números, superando las previsiones. El beneficio neto atribuido ha subido un 22,4% hasta marzo, a 7.887 millones de euros; el resultado a costes corrientes de suministro se ha disparado un 80,2%, a 8.388 millones; y el resultado bruto de explotación (ebitda) ha ascendido a 19.361 millones. Por su parte, los ingresos se han situado en 80.623 millones (+7%); y la deuda neta ha descendido un 1,4% respecto al anterior trimestre y un 8,8% respecto a la del primer trimestre de 2022, quedándose en 40.052 millones. “Comenzaremos un programa de recompra de acciones de 4.000 millones de dólares (3.622 millones de euros) durante los próximos tres meses como parte de nuestro compromiso de entregar rendimientos atractivos para los accionistas”, ha señalado Sawan. Y cuando se finalice, la petrolera anglo-neerlandesa acumularía 10.868 millones de euros en distribuciones totales a los accionistas en la primera mitad de año.

En Pemex la deuda se ha reducido un 7% desde el cierre del año pasado, a 92.919 millones de euros, y se ha colocado lejos de la de 103.000 millones de hace un año, algo positivo, aunque sigue estando demasiado endeudada

Equinor (la antigua Statoil) también ha tenido unos buenos números entre enero y marzo, superando previsiones y los de hace un año, lo que refleja que saca tajada de haber pasado a ser el principal proveedor de gas de la Unión Europea, sustituyendo a Rusia. Es más, presume de que “la producción de gas en la plataforma continental noruega permanece alta y estable, contribuyendo a la seguridad energética en Europa”. ¡Cuánta bondad... interesada, naturalmente! El beneficio neto de la petrolera estatal noruega ha crecido un 5% hasta marzo, a 4.498 millones, gracias al menor tipo impositivo efectivo, mientras que el abaratamiento de los hidrocarburos sí se ha notado en el beneficio operativo (-32%, a 11.336 millones). Por su parte, los ingresos han caído un 20%, a 26.967 millones, por los menores precios del gas europeo y el crudo estadounidense, principalmente, a pesar de que la producción ascendió un 1%, a 2,13 millones de barriles equivalentes de petróleo diarios, por más nuevos yacimientos y por la reanudación de otros. Además, prevé que su producción crezca casi un 3% en el conjunto del año. Y por cierto, la petrolera estatal noruega tiene un proyecto con la energética española Naturgy denominado Fowca y que aspira a ser el primer parque eólico marino de nuestro país, situado en Canarias y que se espera que esté operativo en 2030.

Por el contrario, a Pemex no le ha ido tan bien en el primer trimestre... para disgusto del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (más conocido como AMLO). El beneficio neto se ha reducido a la mitad (-53%), a 2.867 millones de euros, por las menores ventas, principalmente, así como el mayor deterioro de activos y el descenso en otros ingresos. Las ventas han bajado un 19,1%, a 21.151 millones, en gran medida por la reducción tanto de las nacionales (-8,3%) como de las de exportación (-30%) debido al abaratamiento del crudo y de los productos petrolíferos. Por su parte, el ebitda se ha hundido un 42,6%, a 5.987 millones, y siendo muy inferior al del cuarto trimestre de 2022 (10.424 millones), y el margen ebitda se ha situado en el 28%. Eso sí, la deuda financiera total se ha reducido un 7% desde el cierre del año pasado, a 92.919 millones de euros, y se ha colocado lejos de la de 103.000 millones de hace un año, algo positivo, aunque la petrolera mexicana sigue estando demasiado endeudada.