El petróleo también se ve afectado por el coronavirus
El petróleo no ha permanecido ajeno al efecto del coronavirus, que se ha dejado notar en la producción de múltiples sectores, así como en la operatividad de vuelos y en los movimientos de personas y productos. Y lo ha notado doblemente: las expectativas de un empeoramiento de la economía (incluso se habla de crisis) han bajado las demandas de crudo a futuro y el precio del Brent se ha desplomado más de un 30% y ya está en el entorno de los 46 dólares/barril.
El barril de Brent, de referencia para Europa, ha llegado a caer un 8,65%, hasta situarse en los 45,3 dólares, al cierre de los mercados del viejo continente. Esta cifra es la más baja desde noviembre de 2016 y ahonda en la caída vivida el pasado jueves, que llevó el precio del crudo por debajo de los 50 dólares, algo que no sucedía desde 2017. El petróleo acumula un desplome superior al 30% desde el pasado 7 de enero, cuando las autoridades de China confirmaron que habían identificado el nuevo virus: ese día, el Brent cerró a 68,27 dólares y dos días después, cotizaba a 65 dólares.
Ante el desplome del crudo, la OPEP, sobre todo, Arabia Saudí, ve necesario volver a reducir la producción, pero Rusia no: el recorte en vigor es de 1,7 millones de barriles diarios
Ante tal desplome, la OPEP ve necesario volver a reducir la producción. En concreto, en su reunión del pasado jueves, propuso un recorte de 1,5 millones de barriles diarios, pero en la cita del viernes del grupo OPEP+ (alianza de 23 países, que incluye a los 14 miembros de la Organización y a otros socios, entre ellos Rusia) no hubo acuerdo, pues fundamentalmente, Arabia Saudí y Rusia no coincidieron en sus posturas: el primero era partidario de un recorte de 1,5 millones de barriles, el mayor desde 2008; mientras que el segundo no quería reducir aún más la producción. Al final, la falta de acuerdo también ha repercutido en
Al hilo de esto, conviene recordar que el 8 de diciembre de 2018, la OPEP acordó un tijeretazo en la producción de 1,2 millones de barriles, a la que casi un año después (en concreto, el 5 de diciembre de 2019) añadió un descenso de otros 500.000 barriles. Por lo tanto, el recorte que está en vigor es de 1,7 millones de barriles diarios y es al que se querían sumar otros 1,5 millones. Unas reducciones en la producción que provocaron un ligero alza en el precio del crudo: cotizaba a 61,67 dólares el 7 de diciembre de 2019 y cerró a 64,39 dólares el 6 de diciembre de 2019. Ahora, la falta de acuerdo entre la OPEP y Rusia rompe, si no hay más cambios, el pacto de recorte vigente desde más de tres años, que expirará el próximo 31 de marzo.
El sector de ascensores atrae a los fondos: han comprado su división a Thyssenkrupp, la cual está presente en España, el país europeo con más elevadores (1,1 millones)
Parece que el sector de ascensores atrae a los fondos de inversión, como se ha podido en la venta de la división de este negocio de Thyssenkrupp, por la friolera de 17.200 millones de euros, hace poco más de una semana. Los compradores han sido dos firmas de capital riesgo (la estadounidense Advent y la británica Cinven) y un fondo soberano de Abu Dabi, que ahora esperan el visto bueno de las autoridades de competencia.
La siderúrgica alemana se ha visto obligada a deshacerse de su división más rentable para reducir su apalancamiento (12.300 millones) y sus costes, y mucho más tras haber quintuplicado sus pérdidas en 2019, hasta los 304 millones. Thyssenkrupp ha recibido varias ofertas, no sólo la que ha ganado: la finlandesa Kone (cuarto fabricante mundial de escaleras mecánicas) se alió con CVC para presentar una por 17.000 millones, pero al final se retiró; y había otra de un consorcio formado por Blackstone, Carlyle y Canada Pension Plan Investment Board (CPPIB). Además, conviene destacar que la suiza Schindler había anunciado que recurriría si se producía una unión entre Kone y Thyssenkrupp, que daría lugar al mayor fabricante del mundo.
Zardoya Otis, Thyssenkrupp, Kone y Schindler son las principales protagonistas del sector en nuestro país
En España, Thyssenkrupp, Kone y Schindler tienen presencia en el sector de ascensores, pasarelas y escaleras mecánicas. A estas se unen Zardoya Otis, que está participada en un 51% por el grupo estadounidense Otis Elevator (principal fabricante de ascensores y escaleras mecánicas, que pertenece al grupo United Technologies Corporation) y en algo más del 11% por la familia española Zardoya, y es la compañía que más ascensores ha instalado en España.
Nuestro país es el que más ascensores tiene de Europa (más de 1,1 millones), según la Federación Empresarial Española de Ascensores (Feeda). Y a las compañías citadas, se unen dos nacionales -la cooperativa vasca Orona y la alicantina Eleva- a la hora de repartirse los rascacielos de nuestro país, según la publicación especializada Ascensores y Montacargas.
A partir de ahora, seguro que reparan más en qué nombre hay en los ascensores, las pasarelas o las escaleras mecánicas que toman a diario...