El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha explicado las claves del Proyecto Estratégico de Economía Social y de los Cuidados, que se aprobará en el próximo Consejo de Ministros.

El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Economía Social y de los Cuidados busca configurar una respuesta integrada a algunos de los múltiples retos que se han planteado como consecuencia de la crisis de la COVID-19 y otros problemas no resueltos de crisis anteriores, informa Moncloa.

Sus objetivos generales son impulsar la Economía Social española y su potencial transformador y desarrollar unos servicios avanzados en el ámbito de los cuidados, accesibles y centrados en las personas. Movilizará en torno a 800 millones de euros de Presupuesto; los proyectos se ejecutarán progresivamente hasta el año 2026 y se fomentará la incorporación de financiación privada adicional de inversiones responsables y sostenibles.

Hasta el momento se han aprobado los relativos al desarrollo del vehículo eléctrico y conectado; la salud de vanguardia; las energías renovables, el hidrógeno renovable y el almacenamiento; la cadena agroalimentaria; el idioma español; la economía circular; la industria naval; el sector aeroespacial; la digitalización del ciclo del agua, y la microelectrónica y los semiconductores.

En la presentación del PERTE, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha avanzado que se van a modificar la ley de cooperativas y la ley de la economía social, y se va a "modernizar" la ley que regula las empresas de inserción en nuestro país. La ministra ha defendido que el Gobierno "piensa en grande" y habla de economía social, porque es más "democrática, inclusiva, cooperativa y feminista", está "próxima a lo local" y es "ambientalmente justa". El sector supone el 10 % del PIB español y emplea a más de dos millones de personas a través de 43.000 empresas, según sus dato

Como ha explicado Hispanidad, lo peor de este nuevo Perte sanchista es que lo único que pretende es lo dicho: más subvenciones públicas que, ojo, pagamos entre todos pero que reparte el Gobierno. Esto contradice el espíritu de todo español de bien que respondería al presidente de esta guisa: "No me dé limosna, deme un trabajo".