Nordex ha dado se ha convertido en otro disgusto para Acciona (que baja en bolsa, como otras eléctricas, por el nuevo impuesto que baraja imponerles el Gobierno) este martes. Y es que cae un 7% en bolsa, hasta mínimos que no registraba desde agosto de 2020, tras disparar pérdidas (+175%), reducir ventas y presentar un resultado bruto de explotación (Ebitda) negativo en el primer trimestre, sobre todo por demasiados factores externos relacionados con el contexto macroeconómico y geopolítico.

El fabricante de aerogeneradores, que tiene como principal accionista a Acciona (dueña del 36% del capital) aunque manda la familia alemana Quandt, se ha visto afectado negativamente por la guerra de Ucrania, el bloqueo de China (restricciones Covid), problemas en las cadenas de suministro y la inflación. Asimismo, se vio obligado a retrasar la publicación de sus resultados del primer trimestre por un ataque informático que sufrió a finales de marzo. Además, también le impactaron las condiciones meteorológicas, el cambio de producción a otro modelo de palas y la menor actividad: instaló sólo 197 turbinas eólicas en 12 países entre enero y marzo, frente a las 381 del mismo periodo del año pasado que colocó en 19 países.

La compañía que dirige el español José Luis Blanco ha logrado mantener constante su nivel de pedidos en torno a los 900 millones, con una capacidad total de 1.165 megavatios (MW). Emplea a unas 8.600 personas, de las que unas 2.000 corresponden a España, donde tiene cuatro plantas 

En el primer trimestre, Nordex ha disparado sus pérdidas un 175%, hasta 150,5 millones, y el Ebitda ha pasado de terreno positivo (10,4 millones) a negativo, situándose en -88,9 millones. Por su parte, las ventas han caído un 25,4%, hasta 933 millones. Esto empeora la situación que ya mostró en las cifras de 2021, cuando los números rojos aumentaron un 75%, a 230,2 millones, pero no recibió castigo bursátil... quizá porque el Ebitda no fue negativo y las ventas subieron. 

Eso sí, la compañía que dirige el español José Luis Blanco ha logrado mantener constante su nivel de pedidos en torno a los 900 millones, con una capacidad total de 1.165 megavatios (MW). Y quizá esto haya sido uno de los factores para confirmar los nuevos objetivos fijados a la baja tras la invasión rusa de Ucrania y el inicio de la guerra, que estiman unas ventas de entre 5.200 y 5.700 millones para este año, frente a los 5.400-6.000 previstos en un principio. Recuerden que en todo el mundo, Nordex emplea a unas 8.600 personas, de las que unas 2.000 corresponden a España, donde a la planta de La Vall d’Uixó (Castellón), se suman las de Barásoain y Lumbier (ambas en Navarra), y Motilla del Palancar (Cuenca).