Continúa el pulso entre Elon Musk y los actuales propietarios de Twitter, entre los que sigue estando el cofundador y exCeo, Jack Dorsey, que aún mantiene un 2% de las acciones, aunque acaba de anunciar que dejará definitivamente, y con carácter inmediato, el Consejo de la compañía.

Como recordarán, la primera oferta de Musk -y hasta ahora la única- fue de 43.000 millones de dólares (54 dólares por acción), de los que 25.500 millones correspondían a préstamos bancarios, una cantidad que redujo a 13.000 millones, según el documento registrado el miércoles en la SEC.

La rebaja, sin embargo, no fue suficiente porque no disipó las dudas del mercado sobre el respaldo de esos créditos, que no era otro que las acciones de Tesla. Por eso, el propio Musk aseguró el miércoles que había conseguido reducir todavía más los préstamos hasta los 6.750 millones.

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Es decir, el dueño de Tesla y SpaceX ha elevado hasta 33.500 millones la aportación directa para comprar la red social, lo que reduciría significativamente la carga financiera de la operación, algo que tuvo su reflejo en el mercado con una subida superior al 5% de las acciones tras el cierre de Wall Street.

Lo cierto es que este último documento ha confirmado dos cosas. Por un lado, que Musk va en serio y, por otro, que de momento no ha logrado rebajar la factura, a pesar de asegurar que hay más cuentas falsas de las que dice la red social. Parece, más bien, que lo que ha buscado es comprar Twitter pagando 54 dólares por acción (43.000 millones de dólares en total) y no los 70 dólares a los que cotizaba la compañía en julio de 2021 y que los analistas consideraban un precio más justo.