En un contexto de creciente caos ferroviario, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha acabado con el servicio low cost en alta velocidad -el cual realiza a través de Avlo) en el trayecto con más pasajeros (el de Madrid-Barcelona) y de los que gran parte son ejecutivos y directivos. Dicho servicio es una ruina para Renfe… pero se prefiere culpar a Talgo y a sus trenes Avril.

A partir del 8 de septiembre, Renfe -que está presidida por Álvaro Fernández Heredia desde el pasado 15 de enero- sólo ofrecerá el servicio de AVE en el corredor Madrid-Barcelona, en el que compite con el francés Ouigo y el italo-español Iryo. Conviene recordar que en dicha ruta, el primer tren de alta velocidad fue el AVE de Renfe, pero con la liberalización ferroviaria que España se apuró tanto en cumplir dado que era una orden europea, aún cuando otros Estados miembros no se están dando tanta prisa, Ouigo entró en el corredor con más pasajeros de Renfe… y la idea para contrarrestar dicho servicio low cost fue introducir también el Avlo. En este último se había optado hasta por imitar a Ryanair con los medidores de maletas... 

Eso sí, no es baladí el hecho de que Ouigo no tiene problema en vender billetes a pérdidas, como ya le criticó el ministro Puente hace tiempo e incluso llegó a amenazarle con acudir ante la CNMC e incluso ante Bruselas, pero hasta ahora no se ha conocido que se haya presentado denuncia alguna. Claro que esa venta de billetes a pérdidas del tren de alta velocidad low cost francés, al ser propiedad del operador público ferroviario francés SNCF, las asume el Estado galo.

Más adelante, en el corredor Madrid-Barcelona, Renfe (con sus trenes de AVE y Avlo) y Ouigo sumaron la competencia de Iryo. Este último es un tren de alta velocidad que no apuesta por el modelo low cost y es propiedad de la sociedad Intermodalidad de Levante S.A. (Ilsa), la cual está controlada en un 51% por Trenitalia -cuya dueña es la sociedad estatal italiana Ferrovie dello Stato-, en un 25% por la aerolínea valenciana Air Nostrum y en un 24% por el operador de infraestructuras español Globalvia. Eso sí, Iryo sigue sin ser rentable en España.

La decisión de acabar con el Avlo en el corredor entre la capital de nuestro país y la Ciudad Condal se produce tras la retirada de los trenes S106 (los famosos Avril) de Talgo por numerosos fallos. No hay que olvidar que por el retraso en recibir los Avril, Renfe impuso una multa que ha lastrado los resultados de Talgo… Eso sí, el Gobierno Sánchez impidió que los húngaros se hicieran con el fabricante ferroviario y ahora se lo regalarán a sus socios del PNV, aunque poniendo dinero de todos los contribuyentes del país, por supuesto. Claro que el cambio en la propiedad no resolverá el problema de capacidad industrial que tiene Talgo en los últimos tiempos.