A Mercedes-Benz le va muy bien la apuesta por el lujo, como ya se vio en 2022, y la última muestra se observa en algunas de las cifras preliminares del primer trimestre. Su rentabilidad sobre ventas ha ascendido al 14,8%… y eso que las ventas como tal sólo han crecido un 3%.

El grupo automovilístico alemán ha logrado una rentabilidad superior a la esperada por los analistas (13,4%), gracias a “unos precios netos saneados, el aumento de las ventas y una buena combinación de productos”, según ha explicado. Es decir, fundamentalmente gracias al alza de precios, la fuerte demanda y las mayores ventas de los modelos más caros (91.800 unidades, un 18% más del Clase G, el Mercedes-AMG y el Mercedes-Maybach) y de eléctricos. En concreto, sus ventas totales han crecido un 3%, a 503.500 unidades, destacando las obtenidas en China (191.000, un 3% más) y Europa (163.900, un 8% más). 

Así, el beneficio antes de intereses e impuestos ha ascendido a 5.500 millones de euros y el flujo de caja libre industrial se ha situado en 2.200 millones de euros, superando ampliamente la cifra de 1.200 prevista, que pone de manifiesto el estricto control de costes de la compañía y debería aportar cierta tranquilidad en un entorno de incertidumbre macro, según han destacado los analistas del Banco Sabadell. Y todo ello, a pesar de que Mercedes-Benz ha referido que “se mantienen los problemas en la cadena de suministros, el viento coyuntural en contra e incertidumbres geopolíticas”.