“Si uno mira los índices americanos y sobre todo los europeos, podría concluir que ya hemos firmado la paz arancelaria entre Estados Unidos y el resto del mundo. Pero, aunque ha habido una pausa en esa guerra comercial, no hemos enterrado el hacha de guerra”.

Lo dice Fernando Luque, un veterano en esto de los mercados financieros que se incorporó a Morningstart en 2001, cuando esta empresa estadounidense de servicios financieros llegó a España, como Senior Financial Editor, puesto que sigue ocupando actualmente.

Y, como cualquier editor de un medio de comunicación, “mi responsabilidad es la publicación de contenido en la página web española de la compañía. Eso significa seleccionar, editar y publicar los artículos que considere más interesantes para el inversor español”.

No tiene periodistas a su cargo, “pero sí una cantidad abrumadora de informes de nuestros equipos de análisis de fondos, ETFs y acciones”.

Su objetivo es que el contenido más relevante llegue al inversor “para que pueda tomar las mejores decisiones”.

Así que, y una vez hechas las presentaciones, comenzamos.

-¿Cómo definiría lo ocurrido desde el Día de la Liberación (Trump, 2 de abril) hasta el día de hoy?

En clave de mercado ha sido una auténtica montaña rusa, con una enorme incertidumbre para el inversor. La guerra arancelaria es, desde luego, un evento a tener muy en cuenta por los inversores. Puede verse como un cambio de juego en el tablero de los inversores. La guerra comercial, que aún no sabemos cómo acabará, puede tener implicaciones importantes sobre la inflación, pero sobre todo sobre el crecimiento, no sólo en Estados Unidos, sino en el mundo entero.

Llegará un momento en que otra divisa tome el relevo del dólar, probablemente la divisa china, pero aún queda lejos ese momento. Tenemos dólar, como divisa de referencia, para rato

-Cuándo comenzó 2025, ¿se imaginaba un escenario parecido al actual?

No. En absoluto. Y creo que nadie se lo imaginaba. Además, no sólo está la cuestión arancelaria. No es el único cambio importante al que hemos asistido en estos últimos meses. Otro cambio importante que han sufrido los inversores es, por ejemplo, la eliminación del freno de la deuda en Alemania. Ha supuesto un cambio de escenario realmente importante para los inversores y está, en parte, al origen del fuerte tirón de los mercados europeos.

-Aunque parezca mentira, ha habido un rebote y los índices están en máximos.

Si. Si uno mira los índices americanos y sobre todo los europeos, uno podría concluir que ya hemos firmado la paz arancelaria entre Estados Unidos y el resto del mundo. Pero, desgraciadamente, no es así. Ha habido una pausa en esa guerra comercial, pero no hemos enterrado el hacha de guerra. De hecho, si miramos, por ejemplo, al acuerdo que han llegado Estados Unidos y China, con un arancel del 30%, estamos, evidentemente por debajo de los niveles establecidos el Día de la Liberación, pero muy por encima de los niveles anteriores.

-Encuesta de la Asociación Americana de Inversores Individuales. Revela que el sentimiento alcista supera al bajista, por primera vez en 16 semanas. ¿Cómo lo interpretamos?

Hay ganas de subir. Se nota en los flujos de los ETFs dónde participa en gran medida el pequeño inversor. Es cierto que la cuestión arancelaria se va diluyendo con el tiempo. Los mercados también han dejado de creer en los órdagos que lanza Donald Trump. Prueba de ello es la reacción del mercado a la última amenaza a Europa con unos aranceles del 50%. Inicialmente el mercado lo recogió negativamente, para al día siguiente recuperar toda la bajada y seguir subiendo.

El sentimiento del inversor es muy positivo. Dicho de otra manera, el mercado sigue teniendo gasolina

-¿Le preocupa la presión sobre la deuda americana y la presión sobre el dólar?

Sí. Especialmente la presión sobre los tipos de interés a largo plazo en Estados Unidos. Uno puede argumentar que se debe a ventas de China y Japón, dos de los mayores tenedores de bonos americanos. Pero no lo creo. Sería cómo pegarse un tiro en el propio pie. Creo más bien que los bonistas están castigando a la administración Trump porque no ven progreso en la reducción del déficit público. Tenemos un déficit por encima del 6% en Estados Unidos.

-Dice Christine Lagarde que hay que destronar el dólar como divisa de referencia. ¿Qué opina?

No tiene sentido, por el momento, pensar que el dólar pueda perder su estatus de divisa de referencia. La mayor parte del comercio mundial sigue utilizando el dólar y seguirá utilizando el dólar durante bastante tiempo. Llegará un momento en que otra divisa tome el relevo del dólar, probablemente la divisa china, pero aún queda lejos ese momento. Tenemos dólar, como divisa de referencia, para rato.

-¿El mercado de bonos está mandando una señal mayúscula que debiera invitar a reflexionar?

Sí. Especialmente el mercado de bonos USA a largo plazo. La administración Trump no está consiguiendo que los tipos de interés a largo plazo bajen de forma sustancial. Y es una necesidad imperiosa para el Tesoro americano que tiene que refinanciar gran parte de la deuda este año. Era uno de los objetivos del Secretario del Tesoro. En Europa, el rendimiento de los bonos a largo plazo también han registrado subidas desde principio de año. Aunque las miradas se centran en Estados Unidos, en Europa también tenemos nuestros problemas para rebajar el gasto público y más ahora con el compromiso del aumento del gasto militar.

Otro cambio importante que han sufrido los inversores es, por ejemplo, la eliminación del freno de la deuda en Alemania

-Y, esto toca de cerca a los inversores más conservadores, ¿no?

Bueno para los inversores más conservadores no ha sido tan dramático ya que los tipos a corto y medio plazo han tenido un recorrido positivo. Los fondos monetarios también han ofrecido una rentabilidad satisfactoria. El problema para los inversores conservadores es el futuro. Los fondos monetarios van a dar una rentabilidad cada vez menor ya que se supone que el Banco Central Europeo va a seguir recortando los tipos de interés y los bonos a corto y medio plazo presentan menos atractivo ya que se han adelantado a esas rebajas de tipos. La situación para los inversores conservadores se antoja complicada si quieren obtener una rentabilidad por encima de la inflación.

-Comentaba un experto, al que acabo de entrevistar en esta sección, que, si convivimos permanentemente con este gasto y este déficit, ¿a qué puerta vamos a llamar cuando tengamos la siguiente crisis?

Desde luego. Si miramos la historia de la economía americana, ha ocurrido muy pocas veces que el déficit alcanzara el 6% del PIB. Ocurrió durante la pandemia, durante la gran crisis financiera y durante los años cuarenta. En aquellos momentos, había motivos para tirar de deuda pública. No es el caso hoy en día. Estamos tirando de deuda pública, como si estuviéramos en recesión.

-No debemos perder de vista a Japón que arrastra una deuda de más del 260% del PIB, y eso son palabras mayores

Sí, pero a costa de que el Banco de Japón compre prácticamente toda la deuda que se emite y que el país esté en una situación de respiración asistida de forma casi permanente. El coste es un crecimiento anémico.

Los bonistas están castigando a la Administración Trump porque no ven progreso en la reducción del déficit público

Japón es, en todo caso, un foco de riesgo potencial muy importante, en la medida en que una subida de tipos de interés en el país nipón (para frenar un repunte de la inflación) puede poner en riesgo el carry-trade, es decir el mecanismo mediante el cual inversores de todo el mundo se endeudan en yenes a bajos tipos de interés para comprar activos en otra divisa. Este mecanismo dejaría de funcionar si suben los tipos de interés en Japón (que ya están subiendo) y se fortalece el yen frente al dólar y el euro. Si el carry-trade deja de funcionar eso obligaría a muchos inversores a deshacer posiciones para cubrir una eventual revalorización de la divisa nipona. Es ciertamente un riesgo que conviene vigilar de muy cerca.

-Sector tecnológico con, precisamente, un rebote importante, pendientes de Nvidia, ¿qué le han parecido sus resultados?

Nos han gustado los resultados que acaba de presentar Nvidia. Ha anunciado unos ingresos fiscales en el primer trimestre que han superado las previsiones, con un aumento del 69 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Las previsiones de ingresos para el segundo trimestre supondrían un crecimiento interanual del 50 %. Ambas cifras incluyen los ingresos perdidos en China debido a las restricciones a la exportación impuestas por Estados Unidos. Nos alienta el crecimiento de los ingresos de Nvidia a pesar de que se le ha impedido vender productos diseñados específicamente para el mercado chino de inteligencia artificial. Como resultado hemos elevado nuestra estimación del valor razonable de 125 a 140 dólares por acción.

-Resultados empresariales. ¿Todavía es pronto para ver el impacto de la guerra comercial?

Sí, porque, como decía, aún no sabemos cómo acabará esa guerra comercial. Pero, independientemente de dónde se sitúen finalmente los aranceles, habrá sectores que se verán perjudicados y eso afectará evidentemente a los beneficios futuros.

Aunque las miradas se centran en Estados Unidos, en Europa también tenemos nuestros problemas para rebajar el gasto público

-Aunque se alcance un acuerdo entre EEUU y Europa, está claro que algún coste tendrán que soportar las economías europeas y la estadounidense por culpa de los aranceles, ¿o me equivoco?

Efectivamente, aunque siempre nos queda la posibilidad de aranceles recíprocos cero. Lo ha sugerido la Unión Europea para los productos industriales, pero es una posibilidad muy remota. Lo más probable es que los aranceles supondrán un coste tanto para la economía americana como para la europea, porque al fin y a la postre, los aranceles los pagan los consumidores. Y sabiendo que gran parte del crecimiento económico americano se basa en el consumo, hay un riesgo no desdeñable de que esta guerra comercial acabe no sólo mermando el crecimiento económico sino también provocando una recesión.

-¿Qué va a hacer la Fed?

Lo más probable, a mi entender, es que la Fed mantenga los tipos de interés hasta que no se aclare la guerra comercial. De momento, la economía americana está aguantando bastante bien. El empleo sigue estando fuerte. No hay señales alarmantes de recesión. Y, por el lado de la inflación, tampoco hay amenazas serias. Así que la Fed no tiene prisa en bajar tipos.

-Y… ¿el BCE?

El BCE tiene mucha más visibilidad que la Fed para bajar tipos de interés. Por lo tanto, lo más probable es que siga bajando tipos en su próxima reunión.

La situación para los inversores conservadores se antoja complicada si quieren obtener una rentabilidad por encima de la inflación

-¿Es prudente tener algo de liquidez para aprovechar rebotes?

No sólo es prudente, sino que, a mi entender, es recomendable. Con la fuerte recuperación de estas últimas semanas, el mercado americano ha pasado de estar infravalorado a estar ligeramente sobrevalorado. No es nada preocupante, pero el rebote ha sido en “v” y con una velocidad realmente muy alta. No descarto que el mercado intente superar los máximos. El sentimiento del inversor es muy positivo y no vemos, de momento, salidas de fondos notables de los ETFs americanos de renta variable. Dicho de otra manera, el mercado sigue teniendo gasolina.

-Europa o Estados Unidos. ¿Cuál será el mercado ganador de este primer semestre del año?

Claramente Europa.A pesar de los temores de guerra comercial, vemos perspectivas positivas para Europa. Los aranceles han afectado más a la economía estadounidense, que retrocedió en el primer trimestre, mientras que la inflación limita los recortes de tipos de la Reserva Federal. En cambio, la eurozona ha recortado tipos tres veces en 2025, y los flujos de inversión hacia Europa han aumentado debido a valoraciones más atractivas y menor riesgo político. Europa también está disfrutando de una buena temporada de resultados en Europa. Las empresas europeas han logrado un crecimiento de beneficios superior al 7% interanual en el primer trimestre (excluyendo el sector energético).