Lo más grave que le está ocurriendo a la economía española es Pedro Sánchez, lo más grave que le está pasando a la economía europea es la mentira verde, que consiste en ocultar una evidencia: todo lo verde resulta caro e ineficiente.

Sí, pero a largo plazo, no. Oiga, a largo plazo todos estaremos muertos, ¿Y a medio plazo? Calvos.

El héroe francés de la II Guerra Mundial, Charles de Gaulle, lo tenía claro: ante una economía francesa destrozada, el general sabía que se precisaba una industria fuerte y la creó desde la nada, con empresas públicas y privadas, que se han convertido en la columna vertebral de la economía gala. El pacto con los empresarios y sindicatos fue el siguiente: habrá salarios dignos y condiciones de trabajo aceptables pero, a cambio, y dado que la empresa francesa debía competir con el exterior, se les facilitaría una energía barata. ¿Cuál fue es energía? La nuclear, naturalmente. La más intensiva y la más barata.

La energía nuclear, además, contamina menos que el petróleo, el gas o el carbón. Éste último, junto al petróleo es el más contaminante a la hora de producir electricidad. Pues bien, cuando se han disparado los precios de la luz y de los combustibles en Europa, contagiando a todo el sistema industrial, resulta que el comisario Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea, nos vende que volvamos a la energía nuclear ¡y al carbón! aunque, eso sí, de forma transitoria, con la mirada a largo plazo puesta en las radiantes energías renovables, molinillos y plazas solares, energía de suyo cara, ineficiente y no intensiva, que sólo ha salido adelante mediante subvenciones públicas... y que no pueden satisfacer una demanda de energía creciente.

Y para qué hablar de España donde la talibán verde, Teresa Ribera, nos fuerza a pagar una de las energías más caras de Europa... en el país con más paro de Europa.

Lo verde es caro y, además, propicia muchas mentiras.