Dice Abascal que la culpa de la dureza de Trump contra España -la Casa Blanca ya prepara aranceles específicos para cada país- la tiene Sánchez que es un chulo. Dice Feijóo que el enfrentamiento de Sánchez con Trump lo pagarán los agricultores españoles.
¡Anda ya!
Abascal y Feijóo se equivocan: la culpa no es de la chulería de Madrid ante Washington. Pero, hombre, si cara a cara Sánchez se arruga ante Trump.
Menos lloriqueos y más acción: a los aranceles de Trump hay que enfrentarse imponiendo aranceles españoles a los productos norteamericanos... y chinos.
El mercado europeo, de los 27 países de la UE, es más grandes que el norteamericano: 447 millones frente a 335 millones de habitantes.
Aún más: la balanza comercial española frente a Estados Unidos muestra un semblante más risueño que frente a China, que no nos permite entrar en su mercado y nos vende de todo... y no todo bueno.