Antonio Huertas cumple una década al frente de Mapfre. Y lo ha celebrado con unos resultados un tanto forzados: el beneficio se elevó hasta los 765 millones de euros, pero aún anda lejos de los 1.000 millones de euros de la era de Martínez.

A partir de aquí, el crecimiento se hará con riesgo compartido, la expansión internacional ha quedado varada y la diversificación de negocio, tras el fiasco en pensiones y en gestión de activos, no está clara

Si hubiera que resumir la gestión de Huertas durante diez años la manera más simple sería: más solvencia, menos rentabilidad. Martínez hizo una gestión de crecimiento un tanto alocada y entró en negocios que resultaron un fiasco total. Cunado llegó Huertas tuvo que apagar muchos fuegos. 

Ahora bien, una vez reforzada la solvencia de Mapfre, Huertas ha fracasado a la hora de entrar en nuevos negocios y ampliar el perímetro. Por ejemplo, apostó por los fondos de pensiones en la confianza de un cambio de legislación... y el cambio no llegó. 

Huertas cumple una década al frente de Mapfre pero aún no ha logrado los 1.000 millones de beneficio de su predecesor, José Luis Martínez

Como guinda de la tarta, Huertas se ha echado en manos del Santander, algo que siempre conlleva riesgos. Es como una salida ante el hecho constatable de que en 10 años, el actual presidente ha aumentado la solvencia de Mapfre pero también la ha jibarizado. Si no eso, sí que la primera aseguradora de España es hoy un barco varado.

Y claro, todo cambia. A partir de aquí, el crecimiento se hará con riesgo compartido, la expansión internacional se paraliza y la diversificación de negocio, tras el precitado fiasco en pensiones y el timidísimo avance en gestión de activos, muy por detrás de Mutua Madrileña, avanza a ritmo lento.

Eso sí, la fundación mantiene casi un 70% de la empresa y Huertas no tiene ninguna presión por parte de la propiedad, que el propio Huertas controla. Y lo que es más importante: la vieja guardia está de retirada y no hay prisa por relevarle

Eso sí, la fundación mantiene casi un 70% de la empresa en y Huertas no tiene ninguna presión por parte de la propiedad, que el propio Huertas controla. Y lo que es más importante: la vieja guardia está de retirada y no hay prisa por relevarle. Aunque un miembro de Sistema Mapfre aseguraba a Hispanidad que no estaría de más que el presidente experimentara un poquito más de “adrenalina”.