"Con el tiempo nuestra clientela ha crecido. Ahora trabajamos con fondos extranjeros cuando hacen inversiones puntuales en España"
“Algunas veces me pregunto cómo fue posible tener 5 hijos en 10 años trabajando en finanzas”, reflexiona Alicia Rubí que nació en los Estados Unidos, de padre español y madre americana con una carrera profesional que comenzó en New York, y que lleva más de 30 años viviendo en Madrid.
Con un currículum impresionante, Rubí es CFA, es decir, Chartered Financial Analyst. The Economist calificó al CFA, acreditación de origen americano, como “el patrón oro” de las certificaciones financieras. Pero no todos los profesionales del sector tienen esta acreditación porque los exámenes son endiablados. “Es un desafío enorme, por el tiempo que conlleva preparar los exámenes a lo largo de tres años”, nos cuenta Alicia para la que este trabajo es un paso natural, después de décadas de experiencia en muchas áreas de los mercados financieros: financiación estructurada, mercados de capitales, derivados de renta fija y renta variable, family offices y un fondo de pensiones corporativo.
Socia de Attalea Partners, consultora de inversión responsable y de inversión de impacto, desde enero, nos explica que entre sus tareas está la de ayudar a los clientes integrar la sostenibilidad en la estrategia de la empresa para crear valor financiero. “Una empresa bien gestionada vale más”.
A la pregunta de si la inversión de impacto supone, como se dice, solo una gota en el océano de los activos financieros globales esta experta responde que depende de cómo se mida pero que “la gota” ya no es tan pequeña. “En España ya se pueden comprar muchos fondos de inversión calificados por el Articulo 9 del Reglamento SFDR, en la categoría para fondos de impacto”.
-Un par de párrafos, o tres, para presentarse a nuestros lectores por favor.
Soy Alicia Rubí, socia en Attalea Partners, una consultora estratégica y financiera de sostenibilidad. Mi enfoque principal es la materialidad financiera de la sostenibilidad y sus métricas. Es decir, identifico los factores de sostenibilidad que crean valor financiero para una empresa. Dependiendo de la industria, los factores varían. También diseño planes de acción para empresas que permiten integrar la gestión de la sostenibilidad, medir su impacto y comunicarlo a sus inversores. ¡Me encanta!
Para mí, este trabajo es un paso natural, después de décadas de experiencia en muchas áreas de los mercados financieros: financiación estructurada, mercados de capitales, derivados de renta fija y renta variable, family offices y un fondo de pensiones corporativo.
Nací en los Estados Unidos. Mi padre era español y mi madre americana. Comenzé mi carrera profesional en New York, pero llevo mas de 30 años viviendo en Madrid. De 2013 a 2016 viví y trabajé en Sao Paulo también.
Con la pandemia, todos nos hemos dado cuenta de que dependemos los unos de los otros. Nadie está protegido
-Del currículum tan impresionante que tiene, elija los dos momentos que le hayan marcado de alguna manera.
Los 15 años que trabajé en Citibank en New York y Madrid me formaron como profesional. Era una escuela excelente donde tuve la oportunidad de trabajar con profesionales de primer calibre en financiaciones complejas para resolver las necesidades financieras de nuestros clientes. La ingeniería financiera no es un decir. El control de cada uno de los riesgos implícitos en esos deals requiere un alto grado de especialización. El trabajo en equipo en Citi, con gente en todo el mundo, era muy estimulante.
El segundo hito fue el cambio al buy side -a la actividad inversora del family office-. Fui Chief Investment Officer de la SICAV de una de las mas grandes family offices españolas. Lo monté para la familia de cero y fue el primer SICAV en España que recibió la autorización de la CNMV a gestionar su propio patrimonio. Fue en esa época que decidí estudiar para el CFA.
-Ha trabajado en tres países, en distintos puestos de responsabilidad en varias empresas, entre ellas Citibank, que ha logrado compaginar con una vida de familia con cinco hijos…
¡Me gustan mucho las sorpresas! Las cosas simplemente salieron así. Ni mi marido ni yo venimos de familias numerosas. Algunas veces me pregunto cómo fue posible tener 5 hijos en 10 años trabajando en finanzas. Aunque no sea habitual, tampoco soy única del todo. Tenga varias amigas, mujeres profesionales de primer calibre, con cuatro hijos. Somos valoradas por nuestra capacidad profesional. Nuestros compañeros entienden que todos necesitamos algo de flexibilidad para manejar las situaciones cotidianas que van surgiendo cuando tenemos hijos pequeños. También es cierto que tomé unos años de sabático, pero nunca dejé de estar activa profesionalmente de alguna manera. Fue una decisión acertada. El pequeño tiene ahora 18 años y comienza la universidad en septiembre. Mi incorporación como Socia en Attalea Partners refleja esa nueva disponibilidad de tiempo.
-Y después de toda esta trayectoria, sigue en Madrid.
Salvo los tres años que vivimos en Sao Paulo, por el trabajo de mi marido. Madrid es una ciudad muy agradable para vivir, trabajar y tener una familia. Ninguno de nuestros hijos trabaja en España, pero todos sueñan con regresar.
-Usted es CFA, es decir, Chartered Financial Analyst. The Economist calificó al CFA como “el patrón oro” de las certificaciones financieras. ¿Qué significa haber obtenido esa certificación?
Todo. Señala rigor profesional y el dominio técnico y profundo de un amplio ábanico de productos y conceptos financieros. El respeto por la certificación en gran medida es debida también a la disciplina y perseverancia necesaria.
Ayudamos a nuestros clientes a adaptar sus políticas de inversión, formamos al equipo, realizamos informes de diligencia debida para identificar riesgos y oportunidades en sostenibilidad
-Pero… no todos los profesionales del sector tienen esta acreditación. Creo que los exámenes son endiablados.
Es un desafío enorme, por el tiempo que conlleva preparar los exámenes a lo largo de tres años. Los exámenes duran seis horas, con un descanso. La lectura obligada es voluminosa, junto con los cálculos. Las preguntas salen de la lectura. Es imprescindible haber leído y dominar absolutamente todo.
-Y además, usted decidió certificarse en la metodología SASB, y es la única en España.
De momento soy la única persona en España que ha superado los dos niveles de exámenes necesarios para ganar el FSA Credential emitido por SASB. Simplemente fui la primera. Aprobé el segundo examen en septiembre del año pasado. Ahora hay varios candidatos al segundo examen. Seguramente en breve seremos varios aquí. (FSA= Fundamentals of Sustainability Accounting).
-De qué hablamos cuando hablamos de "los estandares SASB” porque yo me pierdo muchas veces con todos estos conceptos.
Sí. Qué lío. Se habla con razón de la “sopa de letras” del mundo de Sostenibilidad. SASB es el acrónimo del Sustainability Accounting Standards Board, con sede en San Francisco. Nació hace 10 años para desarrollar estándares contables (sí, eso) para ayudar a las empresas medir y comunicar con transparencia y rigor los conceptos con materialidad financiera relacionados con la sostenibilidad. Las leyes de mercados de valores obligan la divulgación de todo hecho que podría ser relevante para un inversor a la hora de decidir si comprar o vender un titulo financiero. La contabilidad financiera no capta estos riesgos y oportunidades. Por eso nació SASB, para ofrecer a todos los actores de los mercados financieros —emisores, inversores y reguladores— un lenguaje común para hablar de sostenibilidad y valores financieros.
-Usted ha dicho que estamos ante el lenguaje que los inversores esperan y que empiezan a exigir cuando se habla de sostenibilidad.
Efectivamente, hay una corriente poderosa en ese sentido. Los Acuerdos de Paris nos llaman a todos a asumir nuestra responsabilidad colectiva en la lucha contra el cambio climático. En el sector financiero, Naciones Unidas fomenta los Principles of Responsible Investment (UN PRI) y los Principles of Responsible Banking. Los Principios hacen una llamada específica a retirar la financiación de las actividades económicas con impacto negativo. Adicionalmente, en la Unión Europea la inversión institucional y la actividad bancaria están sujetas a la normativa de la Taxonomia de Actividades Sostenibles.
Pero ¿cómo identificar y cuantificar los posibles impactos negativos? Con dos cosas: transparencia y estándares. Estandares dictan cómo medir. Los grandes inversores institucionales quieren que todas las empresas calculen y divulgan la información referente a estos impactos de la misma forma —de acuerdo con los estándares SASB—. Y han avisado que paulatinamente dejarán fuera de sus carteras las empresas que no cumplen con esa exigencia de transparencia.
Una empresa sostenible tiene la lealtad de sus clientes, una plantilla motivada y es más rentable
-Las empresas ¿están preparadas para asumir esos estándares o todavía estamos en un proceso incipiente aquí en España?
En España ya hay varias empresas cotizadas que incluyen en sus estados financieros información sobre su desempeño en los factores sostenibilidad de acuerdo con los estándares SASB. No sorprende que son las empresas mas grandes, las que tienen en su accionariado hoy los inversores institucionales lideres en el movimiento de la inversión responsable. Han escuchado a sus inversores y les dan la información que piden. Poco a poco, la presión de los inversores y las normativas europeas obligarán a toda empresa adaptarse a esa nueva realidad.
-Volviendo a Attalea Partners como empresa, ¿cuál es exactamente la función de la consultora?
Hablé antes del movimiento global de la inversión institucional hacía la inversión responsable y de UN PRI. Attalea Partners nació para ayudar a la industria española de private equity cumplir con los requisitos de UN PRI. Les ayudamos a adaptar sus políticas de inversión, formamos al equipo, realizamos informes de diligencia debida para identificar riesgos y oportunidades en materia de sostenibilidad, y más. Todo con el fin de crear valor financiero. Conocemos las palancas de valor financiero en la sostenibilidad. Los fondos de private equity compran empresas para venderlas con plusvalía en unos años.
Con el tiempo nuestra clientela ha crecido. Ahora trabajamos con fondos extranjeros cuando hacen inversiones puntuales en España, fondos de venture capital y fondos de gestión tradicional de activos cotizados. También trabajamos con instituciones financieras para integrar los Principios de Responsible Banking y otras consideraciones de sostenibilidad en la concesión de crédito.
-Una de las fundadoras de la consultora asegura que “este tipo de inversores privados tiene una gran influencia y una capacidad importante de cambio sobre la Pyme española”. ¿De qué manera?
Cuando un fondo toma el control de una Pyme, empieza a desplegar una serie de exigencias estratégicas y de gestión. Attalea Partners diseña planes de acción de creación de valor sostenible para implementar en las empresas participadas. Nuestros planes de sostenibilidad incrementan ingresos, reducen gastos y mejoran el perfil de riesgo de la empresa. Una empresa sostenible tiene la lealtad de sus clientes, una plantilla motivada y es mas rentable. Sus competidores no tendrán mas remedio que copiar esas buenas practicas. Los que no adaptan se morirán.
-Dicen que quieren convertir la ESG en una realidad, la ESG es una palanca de creación de valor y, ¿eso en qué se traduce?
Voy a dar un ejemplo sencillo, relacionado con la gestión de la plantilla —representada por letra S de ESG—. Algunas empresas optan por pagar salarios bajos. Suelen tener una plantilla desmotivada y presentan un alto grado de rotación de la plantilla. En cambio, las empresas que cuidan a sus empleados con un buen salario tienen una plantilla motivada que atiende mejor a sus clientes, lo cual traduce en mayores ventas para la empresa. Adicionalmente, la empresa que cuida a sus empleados ahorra en gastos de búsqueda y formación de los nuevos empleados. La empresa sostenible tiene mayores ingresos y menores gastos, resultando en beneficios netos mayores. Eso es creación de valor financiero a través de una buen gestión del ESG.
-¿Cuál es el trinomio de la inversión sostenible del que ha hablado en algún artículo?
El “trinomio de la inversión sostenible” incluye un análisis del impacto de una inversión, juntamente con el riesgo y la rentabilidad. Es otra forma de expresar el concepto de la inversión responsable. El inversor/financiador debe tener en cuenta los impactos positivos y negativos de una empresa antes de hacer la inversión. El cálculo de rentabilidad financiera tradicional es indiferente ante los impactos financiados.
El “trinomio de la inversión sostenible” incluye un análisis del impacto de una inversión, juntamente con el riesgo y la rentabilidad
-Forma parte del Consejo Asesor de La Bolsa Social, una plataforma de financiación colectiva que, tiene relación con la inversión de impacto, ¿cómo funciona?
La Bolsa Social comenzó así, como una plataforma de financiación colectiva, como una manera de conseguir financiación de pequeños inversores. La Bolsa Social ofrece su plataforma únicamente a empresas relativamente nuevas que demuestran impacto social positivo. El año pasado LBS lanzó un fondo de inversión de impacto también.
-¿Cuál es su labor exactamente en La Bolsa Social?
Desde 2016 formo parte de su Consejo Asesor. Asesoramos al equipo técnico de LBS en cuestiones financieras y de ideonedad de las empresas que quieren acceder a la plataforma.
-Así que… el impacto mola ¿no?
¡Mola un montón! Se invierte para ganar dinero. Cuando se toma en consideración el impacto, se puede sentir la satisfacción adicional de haber ayudado. En inglés, hablamos de “profit with purpose”.
-La inversión de impacto supone, como se dice, ¿solo una gota en el océano de activos financieros globales?
Depende como se mide esa gota, pero ya no es una gota pequeña. La diferencia entre la inversión responsable y la inversión de impacto es el propósito de la inversión. La inversión de impacto busca generar un cambio positivo, no simplemente evitar un impacto negativo. En España ya se pueden comprar muchos fondos de inversión que califican como Articulo 9 del Reglamento SFDR, la categoría para fondos de impacto.
-La fiebre por la inversión sostenible en 2020 ¿ha elevado el interés por estos productos?
Yo diría que hay una confluencia de factores —sensibilidad social, la aparición de estándares como SASB— que permiten la gestión de inversión rigorosa de factores de sostenibilidad, y una creciente presión regulatoria.
Cuando un fondo toma el control de una Pyme, empieza a desplegar una serie de exigencias estratégicas y de gestión
-Y la pandemia, ¿ha tenido alguna influencia?
Yo creo que sí. Todos nos hemos dado cuenta de que dependemos los unos de los otros. Nadie está protegido. Hay que unirse en las acciones dirigidos a propiciar cambios que benefician a todos.
-Y para terminar, atrévase y dígame qué nos espera para el segundo semestre del año.
Sabemos que la Union Europea debe publicar la Taxonomía Social. Sabemos que las empresas están cada vez mas interesadas en comunicar de forma clara su posicionamiento en ESG. Sabemos que los inversores institucionales globales (los asset owners) están exigiendo evidencias cada vez mayores de una gestión responsable que incorpora consideraciones de sostenibilidad y de impacto. Todo apunta a un segundo semestre de actividad frenética en ESG.