¿Para qué sirven las costosísimas Instituciones europeas, como el Tribunal de Justicia de la UE, en las que estamos tirando nuestro dinero?
Se llama Jean Richard de la Tour y puede provocar el caos si finalmente el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), del que él es el abogado general, le hace caso, cosa que sucede en la gran mayoría de las ocasiones.
El caso es que el señor De la Tour propuso esta semana que los inversores institucionales también podían reclamar el dinero perdido en la salida a bolsa de Bankia. Es decir, que Iberdrola, la Unión Mutua Asistencial de Seguros (UMAS), la que se ha dirigido a Europa, o cualquier fondo de inversión tienen la misma cultura financiera que Juan Español o, si lo prefieren, cuentan con los mismos medios que el inversor particular que, como mucho, se lee el folleto de emisión aunque no entienda ni la mitad.
Porque recuerden que el motivo esgrimido por la justicia española para dictaminar que Bankia debía restituir el dinero de los particulares era la falta de cultura financiera. En sentido contrario, la segunda sentencia que dio la razón a Bankia frente a la eléctrica decía así: “A Iberdrola se le presume la experiencia, conocimientos y cualificación necesarios para tomar sus propias decisiones de inversión y valorar correctamente sus riesgos”. Y lo mismo, o con más razón todavía, se puede decir de los fondos de inversión, ya que se dedican precisamente a eso, a invertir.
El TJUE puede sentar un precedente muy peligroso si finalmente dictamina que los institucionales pueden reclamar su dinero tras una inversión fallida en una salida a bolsa. Y si el folleto es engañoso, para eso está, se supone, la CNMV. Inviertan sin riesgo, señores de BlackRock: si ganan, fenomenal, y si pierden, no pasa nada porque les devolverán lo invertido. Ese es el mensaje que está lanzando el señor De la Tour. Lo que nos faltaba.