Inter Ikea Group ha tenido un beneficio neto de 1.433 millones de euros en su último año fiscal (septiembre de 2020-agosto de 2021), lo que supone un 17% menos que hace un año. Todo ello por la escasez de materias primas y la crisis mundial del transporte, lo que ha perjudicado sus márgenes y ha elevado sus costes, pero han hecho todo lo posible para mantener los precios estables, según ha señalado el director financiero, Martin van Dam. Y ojo, porque ha avanzado que no podrán seguir haciendo por las difíciles condiciones y sólo absorberán “parte del aumento de costes durante el año fiscal 2022”… o sea, que subirán los precios.

El ejercicio 2022 se prevé difícil para Ikea y sus franquicias por la incertidumbre debido a los costes crecientes de las materias primas y el transporte marítimo, así como a las limitaciones del transporte. Y es que todo esto representa dificultades para reponer los inventarios. Otras muestras de la crisis de carestía que está surgiendo en todo el mundo. 

Un menor beneficio que la compañía sueca de muebles y decoración no ha podido evitar, a pesar de que ha logrado una facturación récord de 41.900 millones. Esto supone un 5,8% más que en el ejercicio fiscal precedente (septiembre 2019-agosto 2020) y ya supera en 1,4% a la del ejercicio anterior a la pandemia (septiembre 2018-agosto 2019). Conviene destacar el impulso de los canales online, que ha recibido más de 5.000 millones de visitantes este año y sus ventas minoristas se han disparado un 73%.