Aunque oficialmente Iberdrola mantiene que la imputación de su presidente, Ignacio Sánchez Galán, en el caso Villarejo, no tiene la menor relevancia y se trata de un asunto perfectamente encarrilado, lo cierto es que los nervios están a flor de piel en la principal eléctrica española y una de las mayores del mundo, cuyo presidente cumplirá 71 años el próximo 30 de septiembre. Como muestra un botón: el fichaje del yerno de Galán por Prisa.

La imputación de Galán en el caso Villarejo es, como todo el caso del comisario de policía metido a espía, tan injusta como real. Y también es real la posibilidad de que Galán caiga por su imputación, a pesar de los cambios que ha realizado en sus normas de buen gobierno interno… en previsión de la imputación.

Empezando por el final, debemos concluir que, según fuentes financieras, la suerte de Galán está pendiente de Larry Fink, el todo poderoso jefe del fondo BlackRock, el mayor inversor en el Ibex 35 y que posee el 5,2% del capital, según la CNMV. El veleidoso y tardón juez Manuel García-Castellón no piensa soltar la pieza de Iberdrola incursa en el sumario Villarejo. Bueno, para ser exactos no quiere soltar ninguna de las casi 30 piezas que han ido engrosando el caso del comisario José Manuel.

A favor de Galán, su espléndida gestión en la compañía. Es más, lo que ya se está discutiendo en el propio seno de la eléctrica es que la solución podría ser que Galán aceptara nombrar a un CEO pero, sobre todo, a un CEO posible sucesor, algo que los fondos le han pedido reiteradamente y algo a lo que siempre se ha negado.

Y ojo, porque detrás de García-Castellón convertido ya en otro juez estrella, está Florentino Pérez. ¡Oh capitán, mi capitán! ya amenazó con interponer una querella por más de 2.000 millones de euros contra el hombre que, primero le llamó en su ayuda y luego le expulsó de Iberdrola. Y ya se sabe que ¡Oh capitán, mi capitán! no puede perdonar porque no puede olvidar y no le gusta perder batallas. Galán ha sido el único que le derrotó en todo su periplo profesional.

En cualquier caso, con Qatar -primer accionista- mirando a Gibraltar, como buen fondo soberano, aunque apoya la gestión de Galán con entusiasmo, lo cierto es que el futuro de Galán depende de Larry Fink. ¿Y esto es justo? De ningún modo, los fondos son más veleidosos que los jueces, pero los mercados, a día de hoy, funcionan así.