La guerra ya es total y abierta entre los partidarios de Manuel Menéndez y los que consideran que ha traicionado el espíritu del acuerdo de fusión entre Unicaja y Liberbank para hacerse con el control absoluto de la entidad, incluso antes de tiempo, esto es, julio de este año.

Vamos con los hechos. En la tarde del martes 28 se filtró que la Fundación Unicaja, presidida por Juan Manuel Domínguez y máximo accionista del banco (30%), votaría en contra de la gestión del Consejo, en la Junta de Accionistas que se celebrará el jueves 30 de este mes. Al poco tiempo, sin embargo, la entidad aclaró que no votará en contra, sino que se abstendrá.

Es lo mismo, porque en ambos casos el objetivo se cumple: poner en solfa al CEO Menéndez de cara a la evaluación que realizará el BCE antes de su ratificación -presunta- como primer ejecutivo de la entidad, en julio, cuando el presidente, Manuel Azuaga, abandone sus funciones ejecutivas. No, no es la mejor manera de presentar su candidatura ante el regulador.

Efectivamente, en Fráncfort no verían con buenos ojos a un CEO cuestionado por el máximo accionista del banco, postura a la que se podrían sumar otros accionistas como la familia Domínguez, dueños de Mayoral, que posee el 5% a través de la firma Indumenta Pueri.

Sólo haría falta una cosa más de cara al regulador: presentar un candidato alternativo, y Unicaja lo tiene: el exdirector de negocio de Caixabank, Juan Antonio Alcaraz, en paro desde enero de este año. Alcaraz no necesita presentación y pasaría el examen con nota, después de construir la mejor red bancaria de España y una de las mejores de Europa. En el BCE lo aprobarían con los ojos cerrados.

Pero aún hay más, porque la Fundación votará en contra de la reelección de Isidoro Unda y María Teresa Costa, consejeros independientes pero próximos a Menéndez. Si no salen reelegidos, el CEO perdería dos apoyos muy importantes de cara al mes de julio.