Pieza BBVA, la más importante del caso Villarejo. El juez Manuel García-Castellón ha acelerado, durante las últimas semanas, las declaraciones de directivos del banco, a petición del fiscal, Alejandro Cabaleiro, que se rebela contra las órdenes de sus superiores para lograr un pacto, un acuerdo de compromiso para dar carpetazo a un proceso que socaba el prestigio de la gran empresa española en toda Europa y que aún continúa en periodo de instrucción. Y en la Fiscalía General del Estado ya hay subalternos escandalizados por esta presión a unos fiscales que tratan de mantener su escasa independencia.

De entrada, la principal conclusión que se saca de las declaraciones de directivos del BBVA es que la contratación de Villarejo para espiar a contrarios y periodistas era conocida en el banco hasta por el potito. Ergo, el juez puede condenarlos a todos o salvarlos a todos.

Nadie sabe la actitud que tomará la Audiencia si juzga BBVA: puede obligar a Torres a compadecer como primer responsable o conformarse con un abogado. Carlos Torres puede caer... para que no caiga BBVA

O lo que es lo mismo BBVA sigue siendo una marca bajo sospecha. Y no importa de qué planeta vengas: eso duele. De poco sirve que alegues que eres "una multinacional con sede en España": eso duele.

Todo lo anterior significa que el futuro de Carlos Torres Vela como presidente del BBVA continúa en el aire, pendiente del magistrado García-Castellón: si el BBVA, como persona jurídica, es finalmente imputado, Jaime Caruana, hasta el momento valedor del inexperto Carlos Torres, se postulará como presidente. Y tampoco es una salida totalmente diáfana como veremos después.

Al tiempo, en el BCE se ve con preocupación el poder del turco Onur Genç en la entidad. Genç sigue siendo un banquero que, con un BBVA cada vez más comprometido en ese campo de minas que es Turquía, continúa sirviendo a un personaje tan poco recomendable como Recep T. Erdogan.

Y con todo esto, lo cierto y verdad es que el Consejo de administración de BBVA se ha roto. Tanto Caruana como Andrés Torrecillas se han pasado al sector critico. Eran los dos grandes valedores de Torres en el Consejo y los dos que, en su momento, mantuvieron a Francisco González al frente de la entidad cuando la acometida de Sacyr en el capital. Jaime Caruana como gobernador del Banco de España y José Miguel Andrés Torrecillas como antiguo directivo de la auditoria EY, auditora, miren por dónde de Sacyr, terminaron, miren por dónde, como consejeros del BBVA y apoyos sustantivos de FG y de Torres Vela.

Hoy, ambos critican la actitud de Torres en el caso Villarejo: no debió encabronar al juez. Y como el mismo presidente reconocía hace dos semanas: hemos rectificado y ya le hemos facilitado toda la información. No sé si García- Castellón se ha dado por satisfecho. Me temo que no.

Además, nadie sabe la actitud que tomará la Audiencia si juzga al BBVA: puede obligar a Torres a comparecer como primer responsable o conformarse con un abogado.

Todo indica que BBVA puede ser encausado. Eso significa que, en principio, en teoría, todo el Consejo podría acabar en la cárcel. El horizonte penal no es halagüeño

Es decir, Carlos Torres puede caer... para que no caiga BBVA.

Y para ello no hace falta que Castellón, juez de instrucción, impute a Torres, aunque todo puede ocurrir: recuerden las imputaciones de Galán, Fainé y Brufau.

No, todo indica que lo que va a suceder es que BBVA será encausado junto a FG, y que Carlos Torres no lo será, aunque no hay que descartar la hipótesis de que todo el Consejo puede acabar en la cárcel. Precedentes hay. En ese caso la sustitución de Torres por Caruana se complicaría.

Ahora bien, lo que más teme el presidente del BBVA es que Castellón no le encause pero mantenga la imputación del BBVA... y la Sala considere que no le basta con que al imputado BBVA le represente un abogado y haga pasar por pena de telediario a Carlos Torres y/o todo el Consejo, desfilando por los alrededores de la Audiencia, bajo el atento seguimiento de las cámaras de TV. Eso sitúa a cualquier presidente al borde mismo de la dimisión.

Eso... si es que el cambio no viene exigido por el propio BCE, al que nunca le ha gustado Torres porque se lo impuso FG a cambio de su retirada. Pero insisto, el mayor peligro es que Torres no controla a su Consejo y que sus dos principales valedores. Caruana y Andrés... han dejado de serlo.

Y luego está la trama turca...