
La familia francesa Pinault opta ahora por la paciencia y prefiere esperar tiempos mejores… pero no se trata de querer seguir apostando por el calzado y la ropa deportiva, sino más bien de que la salida de este negocio le reporte ganancias. Y es que a través de su holding familiar (Groupe Artémis) ha decidido dar marcha atrás y ahora no se plantea vender su participación del 29% de Puma… por su precio actual.
En la última semana de agosto, se conoció que los Pinault querían desprenderse de su 29% de Puma, la compañía alemana de calzado y ropa deportiva que es la tercera del mundo, tras la estadounidense Nike y la alemana Adidas. Una noticia que hizo dispararse la cotización de Puma casi un 16%, situándose cerca de los 22 euros. Esto fue una alegría no sólo para la familia francesa, sino también para el resto de accionistas (entre los que se encuentran los fondos de inversión Norges Bank, DWS Investment y T. Rowe Price), y ha hecho que en el último mes, la acción acumule una subida del 9%.
Sin embargo, dicha alegría no es suficiente para compensar la depreciación de Puma en bolsa en los últimos tiempos. En el último año, la cotización ha caído un 50% y en lo que va de 2025, lo ha hecho algo más de un 57%. En los últimos cinco días, ha descendido un 4% y este viernes, cotiza en unos 18,99 euros, un 0,42% por debajo del día anterior. En estos movimientos más recientes se nota la última decisión de la familia Pinault, que ha decidido dar marcha atrás a la venta de su 29% de Puma… por su precio actual, prefiriendo esperar tiempos mejores. Y es que ahora mismo dicha participación vale unos 815 millones, teniendo en cuenta que la capitalización bursátil de Puma asciende a unos 2.810,67 millones… lejos de los 31.930 millones que Adidas vale en bolsa o de los 93.641 millones que vale Nike. Por cierto, cabe recordar que la historia de Puma se remonta a 1924, cuando los hermanos Rudolf y Adolf (“Adi”) Dassler crearon una fábrica de zapatos, pero en 1948 se separon: Adolf creó Adidas y Rudolf fundó Ruda... que más adelante pasaría a llamarse Puma.
En el entretanto, tampoco hay que perder de vista que la decisión de los Pinault tampoco es ajena al actual contexto del otro gran activo de Groupe Artémis: el grupo de lujo francés Kering, del que controlan el 42,3% del capital. Como saben, el sector del lujo está afrontando un declive mundial, algo que también están notando otros dos grupos franceses y familiares (LVMH y Hermès), y que se volvió a constatar en sus respectivos resultados del primer semestre.
Kering es dueño de Gucci, Balenciaga, Saint Laurent y Bottega Veneta, entre otras marcas, y en los seis primeros meses del año sus ingresos se redujeron un 16%, su margen operativo bajó al 12,8% y su beneficio neto se hundió un 46% por el desplome de la marca Gucci. Unas cifras inferiores a lo que esperaba el grupo y que llevaron a tomar medidas, incluso en la cúpula: François-Henri Pinault (63 años) ha decidido dar un paso atrás y retirarse del cargo de CEO, de un modo similar a como lo hizo en 2005 su padre, François, cuando tenía 65 años (hoy tiene 89 años); y se ha elegido para relevarle al italiano Luca de Meo (58 años), quien asumirá el cargo el próximo lunes 15, tras haber decidido dar un giro a su trayectoria, abandonar Renault y el sector del automóvil -que también atraviesa una crisis mundial-, y recalar en el del lujo. Eso sí, el heredero, François-Henri, deja la gestión del día a día, pero seguirá controlando Kering y la propiedad. Además, a Kering le va mejor en bolsa que a Puma: su capitalización bursátil asciende a 29.240 millones y su cotización ha subido un 4% en el último año y un 11% en el último mes, aunque este viernes desciendo un 0,79%... quizá influida por la decisión sobre la participación en Puma.
Además, François-Henri y su padre son gerentes de Groupe Artémis, del que también son miembros: su hermana Laurence y su hermano Dominique, su hijo mayor (François Louis, de 27 años) y sus sobrinos Olivia Fornet (38 años) y Gaelle Pinault (25 años). Estos tres últimos son miembros de la tercera generación familiar (son hijos de François-Henri, Laurence y Dominique, respectivamente) y también han entrado en el consejo del otro holding familiar: Financiere Pinault.












