Euskaltel dice adiós a la Bolsa este martes, después seis años cotizando con un balance mejorable: debutó en el parqué a 9,50 euros la acción y se despide a 10,9 rozando los 11 euros del precio de la oferta de MásMóvil.

La teleco, que nació en 1995 de la mano del Gobierno vasco (40% a través de Euskalnet) y de las tres cajas de ahorros BBK, Kutxa y Vital (60% restante), ha acabado en manos de Providence, KKR y Cinven. Lo que comenzó como un proyecto local de teleco premium se ha convertido en una compañía nacional entregada al low cost.

La transformación comenzó con la entrada del fondo británico Zegona en el accionariado y el fichaje de José Miguel García como consejero delegado. El objetivo del ex de Jazztel: saltar al mercado nacional con una oferta competitiva… en precio. Y en pleno lanzamiento de la nueva marca (Virgin Telco), llegó la oferta de MásMóvil.

La compañía que dirige Meinrad Spenger ha acelerado la transición al bajo coste que ya se reflejó en los resultados del primer semestre del año. Euskaltel cerró junio con un nuevo record de clientes, con un aumento de los ingresos del 1,5%, pero con unas pérdidas de 3,4 millones de euros frente al beneficio de 16,4 millones del año anterior.

Es la peligrosa espiral del bajo coste: aumentar el número de usuarios al tiempo que descienden los beneficios y el servicio al cliente empeora. En este contexto es en el que MásMóvil pretende rentabilizar una operación de 2.000 millones de euros. Ya veremos si lo logra y de qué manera.