Tenemos un problema de regulación bancaria y financiera en España. ¿Por exceso o por defecto regulatorio? No, por negligencia regulatoria de las tres grandes entidades encargadas de velar por la libre competencia: la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España (BdE).

Hablamos de la CNMV, la CNMC y el Banco de España, que esta semana han sido noticia por diversas razones.

Empecemos por el final: la subgobernadora del caserón de Cibeles, Margarita Delgado, ha asegurado que hay fusiones buenas y malas. Yo pienso que ninguna es buena pero sí estoy dispuesto a aceptar que las hay mejores y peores.

Pero señora Delgado: si usted no explica los criterios según los cuales distingue entre buenas y malas fusiones, ¿qué quieren que les diga? Parece como si sólo tratara de imponer la arbitrariedad del emisor. Y no me parece mal… si no fuera porque esa arbitrariedad ha pasado del caserón de Cibeles al rascacielos de Francfort, la sede del BCE.

Y también ha olvidado que la solución al monopolio no es el oligopolio, sino la protección del pequeño frente al grande

CNMV. El señor Buenaventura se ha olvidado de que su tarea no es propiciar la impunidad de los mercaderes -perdón, la libertad de los mercados- sino proteger al pequeño inversor para que los grandes no le engañen con sus trampas ni le aplasten con su prepotencia. Y, sobre todo, para que los fondos, verdaderos dueños de los mercados no se aprovechen de su opacidad para hacer lo que les venga en gana. Sorprendido me he quedado con sus palabras sobre la opa del fondo australiano IFM sobre Naturgy, a la que pretende trocear mientras la CNMV mira hacia otro lado, o su defensa de las ‘spac’que nos llevarán a una nueva crisis financiera.

La CNMC no se queda atrás en la carrera por conseguir la medalla de oro de la negligencia regulatoria. Doña Cani Fernández se ha empeñado en hacerle la vida imposible a la fusión de Caixabank y Bankia. Sí, no me gustan las fusiones pero resulta ridículo que todo el empeño del principal organismo antimonopolio consista en espiar si Bankia y Caixabank mantienen posición de dominio en algún pueblo o barrio, cuando el peligro para el buen funcionamiento de los pagos en una población rural no es que haya un solo banco sino que no haya ninguno.

El peligro para el buen funcionamiento de los pagos en una población rural no es que haya un solo banco sino que no haya ninguno

Proteja al pequeño de los abusos del grande y no trate de repartir la tarta en partes iguales porque la igualdad de los desiguales es otra desigualdad y porque si alguien inventa una vacuna contra el Covid… no se trata de ponerlo difícil hasta que otro invente otra vacuna que compita con ella. 

Preocúpese más bien de perseguir a los grandes monopolios extranjeros que operan en España. Por ejemplo a Amazon que está destrozando a los proveedores españoles y, en general, vuelva la regla de oro para conseguir la igualdad de oportunidades: que el grande no exprima al pequeño.    

No padecemos una penuria regulatoria, si acaso un exceso, lo que padecemos es la negligencia de los tres organismos reguladores.