Enagás no renuncia a nada, pues insiste en uno de sus negocios actuales (transporte de gas), al elevar su posición en el gasoducto Trans Adriatic Pipeline (TAP) al 20% del capital. Y al mismo tiempo, quiere ser cuanto más verde mejor y apuesta, entre otras cosas, por el hidrógeno verde que a día de hoy es una ruina porque no es rentable y sobre cuyas inversiones ya ha advertido Cani Fernandéz, presidenta de la CNMC.

La compañía transportista de gas y gestora del sistema gasista español que dirige Arturo Gonzalo ha adquirido un 4% de TAP a la compañía suiza Axpo a cambio de 168 millones de euros. Así, ha elevado su participación al 20% en este gasoducto de 878 kilómetros de longitud que inició su operación comercial en noviembre de 2020 y recorre Grecia, Albania, el mar Adriático e Italia, y que constituye el tramo europeo del Southern Gas Corridor que trae gas natural de Azerbaiyán a Italia, Grecia y Bulgaria. El movimiento de Enagás va en línea con uno de los objetivos de su Plan Estratégico 2022-2030, en concreto, con el de contribuir a reforzar la seguridad de suministro energético y la descarbonización en Europa. Además, al alcanzar el 20%, iguala el porcentaje que tenían otras compañías: la británica BP, la azerí SOCAR, la italiana Snam y la belga Fluxys (está ha adquirido un 1% a Axpo).

A través de su filial Enagás Renovable se ha convertido, junto a Alter Enersun, en aliado de Cepsa en el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde. Y en paralelo, Cepsa y Enagás Renovable han firmado un acuerdo para la producción y compra de biometano, una tecnología madura con un enorme potencial en España

El aumento de la participación en TAP llega después de que a mediados de mes Enagás comprara el 20% de BBL Company, una interconexión gasista de 235 kilómetros entre Reino Unido y Países Bajos, por 75 millones… y recibiera premio bursátil. Este viernes no ha recibido aplauso en bolsa, ante una noticia que los analistas del Banco Sabadell han considerado positiva pero de impacto limitado dado el tamaño. Eso sí, hay que subrayar que estas dos últimas compras han tenido importes pequeños (168 millones y 75 millones, respectivamente), que Enagás acaba de extender su línea de crédito sindicada sostenible de 1.550 millones hasta 2028 y que va bien de deuda. Según los últimos datos de deuda, correspondientes a los nueve primeros meses de 2022, esta se había reducido un 16,2%, hasta los 3.583 millones, más del 80% se encontraba a tipo fijo, y en conferencia con analistas, Arturo Gonzalo refirió que se situaría en torno a los 3.700 millones a final de año y esperaban cancelar la deuda en dólares que es más cara, y que tienen una alta protección ante las subidas de tipos de interés.

Paralelamente, hace unos días, Enagás ha puesto en funcionamiento la nueva plataforma del sistema de garantías origen para gases renovables. Asimismo, ha insistido en la apuesta por el hidrógeno verde y a través de su filial Enagás Renovable se ha convertido, junto a Alter Enersun, en aliado de Cepsa en el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde: las tres compañías desarrollarán de forma conjunta una planta de hidrógeno verde y un proyecto asociado de energía fotovoltaica de 200 megavatios (MW) en Huelva. Además, Cepsa y Enagás Renovable han firmado un acuerdo complementario para la producción y compra de biometano, una tecnología madura que tiene un enorme potencial en nuestro país, como apuntó recientemente la patronal gasista Sedigas