La situación internacional anda pendiente de lo que sucede en Europa del Este y más en concreto en si se produce o no la invasión rusa en Ucrania, provocando un conflicto donde actuaría la OTAN (entre sus miembros destaca EEUU… y esta ocasión, España se ha afanado en sus aportaciones a la alianza -buques, cazas y tropas-). Ante este escenario, el suministro de gas natural a España está garantizado, pero el precio se encarecería aún más de lo que está.

Nuestro país depende del exterior en el suministro de este hidrocarburo pero ha diversificado proveedores y vías de llegada, además cuenta con seis regasificadoras y tres almacenamientos. Hace casi tres meses, cuando Argelia, el principal proveedor español, cerró el gasoducto Magreb-Europa (GME) por el que nos traía gas pasando por Marruecos (y el reino alauí, claro está, se quedaba una parte), la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, no veía problemas porque ya había reservas para 40 días… que cubrirían 20 ‘Filomenas’.

Hasta noviembre, Argelia seguía siendo el principal importador de gas natural a nuestro país, con el 44%, seguido a muy larga distancia por EEUU (13%), Nigeria (11%) y Rusia (8%), entre otros

Tras el cierre del gasoducto GME, Argelia ya sólo envía gas a través del gasoducto Medgaz, que llega directamente desde el país africano a la costa de Almería: este ampliará su capacidad y se complementará el suministro con la llegada de más gas natural licuado (GNL) en buques metaneros. Hace casi tres meses, nuestro país había elevado las reservas y los slots -tiempos y servicios para descargar GNL desde los metaneros a las plantas regasificadoras-. Hasta el pasado noviembre, Argelia seguía siendo el principal importador de gas natural a nuestro país, con el 44%, seguido a muy larga distancia por EEUU (13%), Nigeria (11%) y Rusia (8%), entre otros países.

Respecto a la diversificación de vías de llegada, además del gasoducto Medgaz, España tiene otras cuatro conexiones internacionales (dos con Portugal y dos con Francia). A esto se suman seis plantas regasificadoras (situadas en Mugardos, Bilbao, Barcelona, Sagunto, Cartagena y Huelva), donde el GNL que llega en los metaneros se vuelve a convertir en gas; y tres almacenamientos (dos terrestres y uno marítimo). Eso sí, no hay que olvidar que el GNL es mucho más caro que el gas que llega por gasoductos (hay que licuarlo, embarcarlo, transportarlo -y eso implica gastos de combustible- por mar, descargarlo, almacenarlo y regasificarlo)... y que EEUU desea vender más a Europa. 

Sin embargo, si se produce la invasión rusa en Ucrania sí se incrementaría el precio del gas… y ojo, porque sigue siendo elevado y a mediados de diciembre, ya se apuntaba a que seguiría alto en los próximos meses. Eso sí, en el resto de Europa, el suministro de gas sí corre más peligro que en España, por ejemplo, el del ruso (con el que Gazprom saca tajada) y complica la entrada en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2 (transportará gas ruso a Alemania, el doble de lo que ya enviaba y lo hará atravesando el mar Báltico y sin pasar por Ucrania). Además, este jueves, el Gobierno de Australia ha señalado que está dispuesto a abastecer de gas a sus “aliados” europeos a precios “asequibles”, en caso de que Rusia decida cortar el grifo a los países del viejo continente a raíz de la crisis en Ucrania, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha conversado telefónicamente con el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Zani, para diversificar el suministro de gas y reducir la dependencia del gas ruso... y por tanto, Catar sacaría tajada.