Hasta el ministro Planas ha manifestado su indignación y ha calificado de “inaceptable” la propuesta de Bruselas que limita la pesca en el Mediterráneo. “Desde el punto de vista económico es un disparate esta propuesta. No se ha tenido en cuenta el impacto económico que tendrá sobre nuestras zonas costeras”, afirmó Planas este lunes a su llegada a Bruselas para participar en el Consejo de Agricultura y Pesca de la UE.
La propuesta es, efectivamente, un disparate porque pretende reducir de 130 a sólo 27 días al año determinados tipos de pesca en el Mediterráneo. En España, llevaría al cierre a todos los que se dedican, por ejemplo, a las gambas, los langostinos, la cigala o la merluza.
El argumento de Bruselas para sostener esta propuesta suicida es la sostenibilidad de los bancos de peces en el Mediterráneo. Al parecer, para la ecologista Von der Leyen son más importantes los peces que las familias que viven de la pesca. Menos mal que España no está sola, ya que Francia e Italia también acuden a la negociación con la sana intención de echar abajo la propuesta inicial, que se pretende aplicar tras cinco años de moratoria.
Los agricultores también están en pie de guerra contra Bruselas, pero ellos por el acuerdo con Mercosur. “No podemos estar aquí prohibiendo (productos) fitosanitarios, limitando los fertilizantes, todo el tema de las hormonas”, afirmó este lunes el presidente de Asaja, Pedro Barato. “Al final, todo eso hace que la dimensión de las explotaciones que tenemos aquí la va a hacer muy poco viable, con respecto a allí”, declaró.
Sea como fuere, todavía peor que Mercosur es el acuerdo de la UE con Marruecos, que está mucho más cerca y no tiene unos costes de transporte tan elevados.