Danone se indigestó también en 2022 en España por su reestructuración global (bajo el nombre del proyecto ‘Local First’, que busca “ganar agilidad para adaptarse a las tendencias de consumo y responder a las necesidades del mercado” e implica 1.850 despidos en oficinas centrales y locales, por debajo del máximo previsto en un principio -2.000 personas, el 2% de la plantilla global-) y que incluyó el cierre de la planta de Salas (Asturias). La filial española redujo su beneficio neto un 36,8% en 2022, pese a elevar ingresos un 9,6%, a 842,9 millones, superando la facturación de 2019 (es decir, del año preCovid).

La sociedad dominante del grupo Danone en España tuvo un beneficio neto de 10,8 millones de euros en 2022, lo que supone un 36,8% menos que el año anterior (17,1 millones). Eso sí, cabe mencionar que este descenso fue muy inferior al desplome del 80% que tuvo su resultado en 2021 por los costes de un primer ERE con 153 afectados, frente a los 91 millones que ganó en 2020, y que también se quedó lejos de la caída del beneficio neto (-50%) que tuvo el grupo francés de productos lácteos y de origen vegetal, nutrición especializada y agua a nivel mundial en 2022 por la inflación y la salida de Rusia. Precisamente este último país ha iniciado las ‘nacionalizaciones encubiertas’, con Danone y Carlsberg como primeras víctimas, y el grupo francés ha anunciado que escindirá su filial rusa al dar a conocer que su beneficio semestral se había disparado un 48,2%.

Al principio, se habló de unos 160 despidos en la Península Ibérica, equivalentes a la plantilla portuguesa, pero en 2022 se elevó la cifra incluyendo no sólo personal de oficina sino también industrial: se cerró la fábrica de Salas (Asturias), provocando un ERE para sus 70 empleados

Volvamos a las cifras de la filial española en 2022, donde despidos, prejubilaciones y otros gastos de personal derivados de la reestructuración le costaron 34,1 millones, frente a los 51 millones del año anterior. Eso sí, también tuvo que afrontar la integración de la filial Industrias Lácteas de Canarias S.A., que elevó las cifras de personal y facturación, pero empeoró el resultado financiero. Además, recibió menores ingresos de la matriz francesa y tuvo mayores gastos financieros.

No hay que olvidar que la reestructuración, es decir, el pistoletazo de salida a los despidos llegó en 2021, tras meses algo revueltos, cuando los fondos activistas Bluebell y Artisan ganaron el pulso y lograron que Emmanuel Faber dejara de ser CEO y días después abandonara también la presidencia. En aquel momento, Danone empleaba a más de 2.000 personas en España, repartidas entre: cuatro plantas de producción (situadas en Tres Cantos, Salas, Parets del Vallès y Aldaya), tres plantas de envasado (en Lanjarón, Sigüenza y Sant Hilari Sacalm), tres manantiales (en Gerona, Guadalajara y Granada) dos centros de I+D (en Barcelona y Madrid), tres oficinas (en Madrid, Barcelona y Tenerife) y una planta del proyecto Renueva en Barcelona. Al principio, se habló de unos 160 despidos en la Península Ibérica, equivalentes a la plantilla portuguesa, pero en 2022 se elevó la cifra incluyendo no sólo personal de oficina sino también industrial: se cerró la fábrica de Salas, provocando un ERE para sus 70 empleados. También hay que tener en cuenta que Danone ya no es una empresa familiar sino que está controlada por fondos y sus riendas a nivel mundial las lleva el CEO, Antoine de Saint-Affrique, y desde la Península Ibérica le rinde cuentas como director general François Lacombe desde el pasado 22 de septiembre.