El otro día hablamos de la necesidad de plantarle batalla a la tiranía digital y este viernes tenemos otro motivo para ello. En la tarde noche del jueves, miles de usuarios se vieron afectados, de manera intermitente durante dos horas aproximadamente, por la caída de la plataforma Redsys de pagos con tarjeta y Bizum.

Es la segunda vez que sucede en menos de una semana y pone de manifiesto la vulnerabilidad de la tecnología y, por el contrario, las ventajas del efectivo, que nunca falla y, además, garantiza la privacidad del consumidor.

Tanto fallo y tanta caída del sistema han hecho saltar las alarmas en el Banco de España, que ha solicitado información a Redsys. Todavía no le ha abierto expediente, pero ya está encima del asunto.

Las sucesivas caídas de Redsys se producen en plena pugna entre España, Italia y Portuga por un lado y Alemania, Francia, Bélgica y Países Bajos, por otro, para lanzar un sistema de pagos europeo. El caso es que Iniciativa de Pagos Europea (EPI, por sus siglas en inglés), que nació para dotar a Francia y Alemania de un sistema de pagos como Bizum, sufrió un duro revés hace unas semanas por la negativa de la banca española a financiar a sus homólogos franceses y alemanes. Así las cosas, los del norte anunciaron el lanzamiento de Wero para mediados de 2024, un sistema que rivalizará con Bizum.

Al margen del sistema de pagos digital, lo que muestra esta pelea norte-sur es el fracaso de la Unión Bancaria Europea. Si las entidades no son capaces de acordar un único sistema de pagos digital, ¿cómo van a acordar una unión bancaria plena?