La crisis energética que vive Europa, agravada por la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia, de la que tenía una gran dependencia, podría durar varios inviernos e incluir racionamiento. Así lo ha advertido el CEO de Shell en una conferencia en Stavanger (Noruega), según informa Financial Times. Esto del racionamiento contrasta con las palabras de la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, que tras aprobar el decreto de ahorro energético, señala que para empresas y familas no habrá racionamiento, sino solo consejos, porque se le pasa por la cabeza decirles que se duchen con agua fría como ha hecho Alemania. Veremos, porque la cosa no pinta bien: pagaremos más por la energía y habrá menos. 

El empresario e ingeniero químico neerlandés Ben van Beurden ha referido que “puede ser que tengamos una serie de inviernos en los que de alguna manera tengamos que encontrar soluciones a través de mejoras de eficiencia, racionamiento y una construcción muy, muy rápida de alternativas”. Estas previsiones han coincidido con una parada por tareas de mantenimiento en el gasoducto Nord Stream 1, que transporta gas ruso a Alemania; y el resurgimiento del temor a que Rusia cierre el grifo de forma total... que ha incrementado aún más el elevado precio del gas. En el entretanto, el país de Vladimir Putin quema gas en la frontera con Finlandia: más de cuatro millones de metros cúbicos al día, lo que equivale a 10 millones de euros diarios, según un análisis de la firma Rystad Energy al que ha accedido la BBC.

Una crisis energética que para Van Beurden pone a prueba la “solidaridad” entre los Estados miembro de la UE. Algo que ya se está viendo: Francia se opone al Midcat para llevar gas desde España y Portugal a Alemania, y después Emmanuel Macron viaja a Argelia, donde ha acordado una “asociación renovada”, y mientras el ministro de Economía galo, Bruno Le Maire, presume de que la luz en Francia sólo sube un 4%.