Nadie está a salvo de perder el empleo, ni siquiera los que se dedican a buscar trabajo para otros. Es lo que le ha pasado a 716 empleados de Linkedin, la red social de profesionales de negocios que muchos utilizan para buscar trabajo.

La decisión de la compañía, que compró Microsoft en 2016 por 26.000 millones de dólares y que cuenta con 20.000 empleados, llama la atención, en primer lugar, porque, lejos de estar en crisis, ha aumentado sus ingresos durante el último año, gracias a los anuncios y a las suscripciones de los usuarios.

Llamativo resulta, asimismo, que al mismo tiempo haya anunciado la creación de 250 nuevos puestos de trabajo al que podrán optar los despedidos en esta tanda. Entonces, ¿por qué los echa? ¿Acaso es porque las condiciones de los nuevos serán peores?

La compañía argumenta que el objetivo del ajuste, que afectará a ventas, operaciones y soporte, es eliminar intermediarios, aunque en realidad de lo que se trata es de externalizar algunos servicios. “Con el mercado y la demanda de los clientes cada vez más fluctuante y para servir a los mercados emergentes de manera más eficaz, estamos ampliando el uso de proveedores”, afirmó Ryan Roslansky, Ceo de Linkedin, en una carta a los empleados.

La red social también anunció que cerrará su app en China, InCareer, de manera gradual el 9 de agosto, por la competencia “feroz” y el clima macroeconómico “desafiante”.

Todo esto recuerda a cuando el SEPE, el Servicio Público de Empleo Estatal, despidió a 1.200 trabajadores con contrato temporal, a principios de este año. Está claro, insistimos, que nadie está a salvo de perder el empleo, ni siquiera los que se dedican a buscar trabajo para otros.

Con su anuncio, Linkedin se suma a las más de 1.700 empresas tecnológicas que han reducido sus plantillas en 357.000 empleados, desde 2022, según el portal layoffs.fyi. Entre ellas, Amazon, Google, Facebook, o la propia Microsoft.