Gabriel Escarrer, CEO y presidente de Meliá
Las acciones de Meliá Hoteles han cerrado, hoy martes 24 de octubre, con subidas del 1,1% hasta los 5,2 euros mientras el Ibex 35 se ha dejado, en una nueva jornada de descensos, un 0,2% hasta los 8.970 puntos
Melia Hoteles no ha recuperado todavía la capitalización bursátil previa a la crisis sanitaria desatada en 2020 y que ascendía a 1.800 millones de euros. Hoy se sitúa en los 1.135.
A pesar del año récord que hemos vivido en el sector turístico, la empresa, liderada por Gabriel Escarrer acumula una caída del 10% en los últimos 30 días, el mismo porcentaje que suma la revalorización de sus acciones en lo que llevamos de año.
Y es que, para las empresas del sector, no están siendo años fáciles. A la pandemia del Covid y sus daños colaterales, hay que sumar la guerra de Ucrania que se alarga desde febrero de 2022 y, ahora, el estallido de una ofensiva a gran escala en la franja de Gaza, una situación de la que todavía se desconoce su alcance y su impacto en las empresas turísticas como Meliá.
Los expertos aseguran que es pronto para analizar el impacto real del conflicto bélico en Oriente Medio y que tras la penalización que sufrieron las compañías tras el ataque de Hamas, las cotizadas del sector quieren recuperar el pulso.
Así que, a día de hoy, no varían las expectativas para las aerolíneas, hoteleras y todos los valores vinculados al mundo de los viajes porque lo que dure la guerra será determinante, sobre todo si se extiende otros países.
Hace dos años la hotelera protagonizó una de las mayores operaciones del sector al traspasar a Bankinter, por 204 millones, el 92% del capital de una cartera compuesta por ocho establecimientos
Un problema más para Meliá, y por supuesto para todo el sector, al que hay que sumar la deuda que pesa, y pesa mucho sobre en los balances de las compañías. A cierre de junio de este año, la deuda de Melía ascendía a 2.739,2 millones de euros a cierre de junio, 65 millones más que la contabilizada en diciembre de 2022.
No hay que olvidar que, en plena pandemia, los ingresos de la hotelera se redujeron a cero y tuvo que apalancarse para sobrevivir.
Ahora lo que toca, es recuperar negocio y bajar endeudamiento en dos sentidos: reducir a mínimos la adquisición de hoteles, y apostar por alquiler, la gestión o la franquicia, además de meter velocidad la venta de activos para obtener liquidez y reducir el pasivo. “Seguiremos operando los establecimientos en régimen de gestión y, los más representativos “pasarán por un proceso de renovación y transformación de producto tutelado por Meliá para su puesta en valor y maximización de sus resultados”, explicó Gabriel Escarrer en la última Junta de accionistas del mes de junio.
Todo ello, que no es poco, con invitado de excepción, para complicar un poco las cosas: la inflación.
Así que, de cara a la segunda parte del ejercicio, prevé cerrar desinversiones de entre 100 y 120 millones de euros, según ha avanzaba el propio Gabriel Escarrer para señalar que las desinversiones se concretarán en ventas de participaciones a nuevos socios, con el objetivo de “acomodar los compromisos financieros del grupo”.
Y aunque Escarrer no se ha referido a qué activos serán objeto de desinversión, lo que sé se conoce es que la compañía estudia la venta de un conjunto de establecimientos en El Caribe.
Hay que recordar que hace dos años la hotelera protagonizó una de las mayores operaciones del sector al traspasar a Bankinter, por 204 millones, el 92% del capital de una cartera compuesta por ocho establecimientos. La operación incluía seis hoteles de Meliá, y su participación en una sociedad propietaria de otros dos establecimientos. Todos ellos siguen siendo operados por la cadena de la familia Escarrer
Todo esto ha tenido un impacto en las cuentas de compañía que, junto a la fuerte recuperación de la demanda, ha hecho que Meliá Hoteles haya dejado atrás los números rojos y haya vuelto a entrar en beneficios. La empresa registró un beneficio neto consolidado de 46,2 millones de euros durante el primer semestre de este año, frente a los 3,7 millones en 2022; los ingresos se incrementaron un 22,7%, hasta los 909,7 millones.
Meliá cerró el semestre, además, con un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 218,5 millones de euros, un 33,8% más, mientras estima que se lograrán alcanzar los 475 millones tal y como aseguro el presidente del grupo, Gabriel Escarrer, durante la junta de accionistas del mes de junio.
En la jornada del 27 julio en la que Melia presentaba resultados, sus títulos cotizaban en los 6,68 euros, ahora están en los 5,23
El intenso tirón de la demanda ha sido fundamental en la decisión que ha tomado Melíá de alargar la temporada de verano tras superar entre julio a septiembre en un 33% las reservas de 2019, eso sí, en términos monetarios.
Así que mantendrá más hoteles abiertos, al menos hasta noviembre, no sólo en Baleares, sino en toda la costa peninsular.
“Vamos en la senda correcta, acercándonos a la plena superación de los impactos de la Covid″, aseguraba el pasado mes de junio Gabriel Escarrer Jaume, mes en el que asumía todo el poder en la compañía, y también la presidencia del Consejo de Administración, que ocupaba, hasta entonces, su padre y fundador de la empresa, Gabriel Escarrer Juliá.
La familia Escarrer, principal accionista del grupo, anunciaba la renuncia de su fundador, Gabriel Escarrer Juliá (88 años, nacido en Porreras, un pueblo de Mallorca), como presidente del grupo hotelero, y su inmediato nombramiento como presidente de honor, en un hecho relevante remitido a la CNMV. Una noticia que aplaudió el mercado con subidas del 3% en la cotización, el valor más alcista dentro del Ibex de ese jueves 22 de junio.
Escarrer Jaume, que ya era CEO de Melíá y que, con la renuncia de su padre, afianzaba su poder ejecutivo del grupo hotelero, destacaba la trayectoria de su progenitor durante siete décadas poniendo “los intereses de la compañía por encima de los particulares”.
Gabriel Escarrer Juliá, con 21 años recién cumplidos, abrió en su Mallorca natal un que el pequeño hotel de 60 habitaciones. 70 años después, ese pequeño establecimiento se ha convertido Meliá Hotels International, con cerca de 350 hoteles y más de 90.000 habitaciones.
La empresa registró un beneficio neto consolidado de 46,2 millones de euros durante el primer semestre de este año, frente a los 3,7 millones en 2022
Segunda generación al mando, personalizada en el actual CEO y presidente, con la que se mantiene la paz familiar porque, hay que recordar que tal y como contamos en Hispanidad, los Escarrer han tenido sus más y sus menos.
Eso sí, la familia sigue siendo la principal accionista del grupo ya que controla el 49,418% a través de tres sociedades (Hoteles Mallorquines Agrupados, Hoteles Mallorquines Asociados y Hoteles Mallorquines Consolidados -en esta última son apoderados los seis hermanos Escarrer Jaume-), y del 5,387% de Escarrer Juliá.
En el accionariado también está el fondo de inversión Global Alpha Capital Management, con un 10,141% del capital