El Ibex ha despedido la sesión del lunes 13 de noviembre en 9.461,70 puntos, su máximo desde septiembre, tras sumar un 0,96%. Las acciones de Prim ha bajado un 0,47% hasta los 10,70 euros.

Les voy a presentar a la compañía Prim, o Grupo Prim. Poco conocida excepto para aquellos vinculados a su sector, suministro de recursos hospitalarios y ortopédicos, su actividad se ha ido diversificando desde su nacimiento en 1870.

Cotiza en el Mercado Continuo desde 1985 y fue una de las empresas que más cayó en la sesión del viernes 10 de noviembre, concretamente un 4,4%. Cerró en los 10,75 euros. Es decir que, en una jornada perdía todo lo ganado en los últimos seis meses.

Su capitalización bursátil está en proceso de recuperación. Ha pasado de los algo más de los 198 millones en 2019 a los 183 actuales. Por el camino, tocó un pico en 2021 con los 252 millones, pero en 2022 cayó hasta los 185 millones.

Oscilaciones que se explican por la crisis sanitaria momento en el que, según señala su actual presidenta Lucía Comenge “nos pusimos a fabricar mascarillas y Epis por iniciativa propia” y consiguieron así mantener la plantilla, mientras que el desplome del año pasado se produce tras el impacto de la inflación y los problemas de suministro.

Prim registró un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 17,7 millones de euros durante los nueve primeros meses de este año, lo que supone un incremento del 11,2% respecto a 2022

Es decir, que, y según los expertos, 2022 fue uno de sus peores años en Bolsa y sus efectos colaterales se han dejado sentir durante todo este 2023.

Aun así, quienes han seguido la compañía durante los últimos 20 años hablan de un rendimiento espectacular. Retornos que superan 1.600% lo que ha supuesto multiplicar casi por 7 los resultados del Ibex 35 en ese periodo de tiempo.

Además, la empresa se ha visto beneficiada durante toda su trayectoria por las tendencias demográficas que suponen un mayor envejecimiento de la población, lo significa una mayor inversión en gastos sanitarios.

Es decir, que cuanto más viejos somos…mejor para Prim.

Respecto a las cifras recientes, Prim registró un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 17,7 millones de euros durante los nueve primeros meses de este año, lo que supone un incremento del 11,2% respecto a 2022, mientras que sus ingresos se elevaron a más de 154,8 millones de euros, un 8,8% más.

Prim destaca que todos los negocios del grupo están evolucionando de forma “positiva”, en concreto, tanto las ventas de los productos tradicionales como los nuevos lanzamientos y las sociedades adquiridas en 2022 “están teniendo una buena evolución”.

En este sentido, su presidenta Lucía Comenge, ha declarado en una reciente entrevista que la apuesta de la compañía es realizar adquisiciones de mayor envergadura que las realizadas hasta ahora e impulsar la proyección internacional.

Hay que recordar que una de las últimas compras del grupo ha sido la de EasyTech, alta tecnología en el campo de la fisioterapia y rehabilitación, que además supone la entrada de la española a Italia, que junto con Portugal, supone el núcleo duro de su expansión internacional.

Entre las últimas compras también la de la catalana Teyder que ofrece productos y servicios en los campos de la ortésica, la movilidad eléctrica.

Lucía Comenge, su presidenta, ha declarado que la apuesta de la compañía es realizar adquisiciones de mayor envergadura que las realizadas hasta ahora e impulsar la proyección internacional

Pero ¿quién es Lucía Comenge? Pues es la hija del principal accionista de Prim, José Ignacio Comenge.

En plena pandemia, año 2020, la compañía emprendió un proceso de renovación y aprobó el plan de sucesión para renovar la cúpula que contemplaba la salida del primer ejecutivo, Andrés Estaire.

Estaire accedía al cargo de presidente tras el fallecimiento de Victoriano Prim, a los 69 años, que presidió el consejo de administración desde 1996.

Así que, en 2020, el principal accionista, la sociedad La Fuente Salada SL representada por Lucía Comenge, y Jorge Prim, (quinta generación de los Prim tras la fundación de la empresa), asumieron, respectivamente, los cargos de presidenta no ejecutiva y vicepresidente primero. Las dos familias controlan entre ambas el 37% del capital de Prim.

Concretamente, José Ignacio Comenge, a través de La Fuente Salada, controla el 22,505%, la familia Prim el 14,554%. Otros accionistas de relevancia son Elena García Becerril, (hija del fundador del grupo asturiano Melca que desarrolla actividades en el sector el industrial, el inmobiliario, el sanitario o el informático) con el 7,217%; y Masaveu Finanzas S.L. (sociedad que pertenece a la saga familiar asturiana Masaveu) con el 7,217%.

José Ignacio Comenge, al frente de una de las mayores fortunas del país y consejero de Coca-Cola European Partners, CCEP, se convertía, el pasado mes de octubre, en el máximo accionista de Prim.

Comenge, que está también presente en el capital de otras cotizadas como Ebro Foods o Ence, es un gran desconocido que nunca ha protagonizado ni grandes ni pequeños titulares de la prensa generalista, alguna vez ha aparecido con menor o mayor relevancia en la prensa salmón.

Es hijo de Alberto Comenge Gerpe, primer directivo de la firma Cervezas El Águila durante 40 años, que gracias a su cargo adquirió importantes participaciones en las embotelladoras de Madrid, Valencia y Portugal propiedad de Águila cuando la cervecera fue comprada por Heineken. Embotelladoras donde Coca Cola envasaba su refresco.

Jorge Prim, por su parte, es la quinta generación de los Prim tras la fundación de la empresa, y ostenta el cargo de vicepresidente primero.

En el 1870, Pedro Prim Fernández, zapatero ortopeda en Alsasua (Navarra) fundaba un taller en el que ejerce las dos actividades.

Su carácter innovador le lleva a registrar en 1888 su primera patente: un aparato articulado que haga las funciones de las extremidades humanas.

2022 fue uno de sus peores años en Bolsa y sus efectos colaterales se han dejado sentir durante todo este 2023

Sin embargo, son sus ‘pies artificiales’ para ‘pies defectuosos’, tal y como lo denominó Prim Fernández, lo que le lleva a convertirse en un referente en el mundo de la ortopedia

Años después, y siguiendo la pauta que le marca su línea de negocio, crea un balneario destinado a completar el círculo y ofrecer una atención integral a los pacientes con tratamiento y también rehabilitación.

150 años después, el ahora Grupo Prim ha profundizado en la senda marcada por su fundador y, además de los suministros hospitalarios y ortopedia, su negocio se ha expandido hacia la fisioterapia, el termalismo, la rehabilitación y, también, la geriatría.

“Queremos llegar a los 300 millones de euros de facturación”, ha dicho Jorge Prim, pero también… “que la compañía llegue a los 300 años”.