La noticia es que CATL, el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos del mundo, se ha estrenado en la bolsa de Hong Kong, con un objetivo concreto: captar capital para financiar la construcción de una fábrica en Hungría.
Y si en su primer día de cotización, el 20 de mayo, se disparó un 16%, hoy ha mantenido tendencia y ha cerrado con subidas superiores al 10%. Pero Contemporary Amperex Technology, que así se llama la empresa, ya cotizaba en la bolsa desde 2018. En concreto en el mercado de Shenzhen, una de las tres bolsas de valores de la República Popular de China, junto a la de Hong Kong y la de Shanghái.
Su evolución ha sido espectacular, especialmente en los últimos 5 años, periodo en el que se ha revalorizado en un 217%. En lo que llevamos de 2025 se deja un 1,13%, números rojos achacables a la guerra comercial iniciada el pasado abril, que han pasado a positivo por la tregua de 90 días que se han dado EEUU Y China, lo que ha supuesto que, en el último mes recupere un 16%.
Contemporary Amperex Technology ya cotizaba en la bolsa desde 2018. En concreto en el mercado de Shenzhen, una de las tres bolsas de valores de la República Popular de China, junto a la de Hong Kong y la de Shanghái
Su evolución ha sido espectacular, especialmente en los últimos 5 años, periodo en el que se ha revalorizado en un 217%.
No debemos olvidar, además, que, el año pasado, la UE impuso aranceles a los coches chinos, “cuyos fabricantes están especialmente subsidiados por el Estado”, argumenta, lo que supone una “abusiva” ventaja competitiva respecto a los vehículos europeos.
La decisión de Bruselas ha llevado a las empresas chinas a estudiar la posibilidad de fabricar directamente en Europa.
Y es lo que está haciendo CATL, que capitaliza por 1,1 billones de yuanes (150.600 millones de dólares).
“Estamos ante un gigante mundial, tanto de baterías para coche eléctrico como de baterías para almacenamiento de energía”, explica Jaime Vázquez, gestor del fondo de Megatendencias Medio Ambiente de Renta 4.
Dos megatendencias con un futuro. “El de baterías de coche eléctrico ya hemos visto, a pesar de un año 2024 negativo, que en 2025 vuelve a crecer y va a seguir ganando cuota de mercado, dentro del sector de automoción”.
En 2024 las ventas de coches eléctricos en Europa cayeron cerca de un 6%, pero en lo que llevamos de año están subiendo por encima del 20% y “se espera que en todo 2025 crezcan también a esos niveles, aunque, eso sí, con mucha incertidumbre”, apunta.
La parte de almacenamiento de energía, “tiene un peso limitado en el sector energético mundial, pero irá ganando consistencia a futuro”, señala el experto para añadir que, como vimos, y vemos, tras el apagón, quedó demostrada esa necesidad de tener sistemas de almacenamiento. “CATL está muy expuesta en este nicho de mercado y se va a beneficiar del crecimiento de las energías renovables, especialmente la solar y eólica terrestre”.
Como aspectos negativos, “la dependencia de la evolución de los mercados finales como el eléctrico y el de almacenamiento, los aranceles finales que apliquen a China por parte de otros países, y la competencia, porque se trata de un mercado muy atractivo, eso sí, especialmente dependiente de la oferta y la demanda”.
La empresa se enfrenta a la competencia de gigantes comparables en fabricación de baterías como la también china BYD o la surcoreana LG Energy Solution con una cuota de mercado del 17% y del 11%, respectivamente, frente al 37% de CATL
Competencia por parte de gigantes comparables en baterías como la también china BYD o la surcoreana LG Energy Solution con una cuota de mercado del 17% y del 11%, respectivamente, frente al 37% de CATL.
A las trece plantas de producción donde opera la compañía, entre ellas las de Alemania y Hungría, se suma España donde, y de la mano de Stellantisconstruye una gigafactoría en Figueruelas (Zaragoza).
No sé si les suena (bien es cierto que no tienen por qué seguir los viajes de Pedro Sánchez a lo largo y ancho del mundo), haber visto la imagen, en su reciente visita a China, del presidente del Gobierno estrechando la mano (entre otras muchas manos) del, precisamente, fundador de CATL, Robin Zengen, ambos muy sonrientes. La inversión prevista para la planta española asciende a 4.100 millones de euros. El objetivo es que empiece a funcionar en 2026.
Es importante dejar claro que en la fábrica de Figueruelas no se van a fabricar, tal y como se ha dicho, baterías de litio-ferrofosfato, muy demandadas por su bajo coste de producción y, sin embargo, muy buenas prestaciones, porque sólo se van a ‘ensamblar’ baterías. La patente es de CATL y es en China dónde se realiza el proceso de fabricación.
Algo parecido, salvando las distancias, es lo que ocurre con el sector del automóvil porque, aunque somos una potencial mundial, solo hay una planta en España, la de Seat en Martorell, que diseñe modelos concretos de coches. Las demás, son plantas de montaje.
Y, si antes les hablaba de Robin Zengen, sepan que su verdadero nombre es Zeng Yuqun, que tiene 58 años, que nació en China, que fundó CATL en 2011, y que hace poco aseguró que él sí que sabe fabricar baterías, en alusión directa a Elon Musk.
Zengen se refería a un encuentro que mantuvo con el fundador de Tesla, que se plantea hacer competencia directa a CATL. “Mantuvimos un debate extenso en el que quedó claro que Musk es muy bueno en chips, software, hardware y cosas mecánicas. Pero no sabe fabricar baterías”.
A primeros de este año, CALT entro en la lista negra del Pentágono. El Departamento de Defensa de EE. UU. calificó a la compañía como ‘empresa militar China’ por supuestos vínculos con el ejército del, algo que la empresa ha negado repetidamente
CATL suministra baterías a Tesla, Volkswagen, Ford o Mercedes-Benz.
A primeros de este año, entró en la lista negra del Pentágono. El Departamento de Defensa de EEUU calificó a la compañía como ‘empresa militar China’ por supuestos vínculos con el ejército del país, algo que la empresa ha negado repetidamente.
El pasado mes de abril, la Administración Trump instó a JPMorgan Chase y Bank of America, que han actuado como asesores de la empresa en su salida a Bolsa, a dejar de trabajar en la operación.