CIE Automotive ha empezado bien el año, al lograr récord de beneficio neto y aumentos de resultado bruto de explotación (ebitda) e ingresos en el primer trimestre. Un hito que se suma a los récords en ebitda y ventas que alcanzó en 2022, un año que fue bastante bueno para la mayoría de fabricantes de componentes automovilísticos (como se pudo ver en las cifras de CIE, Gestamp y Teknia), aunque Antolin sufrió por la salida de Rusia.

La multinacional vasca de componentes de automoción CIE Automotive ha celebrado su Junta de Accionistas este jueves y los resultados del primer trimestre han sido la mejor alfombra roja. Unas cifras que habrán hecho felices a sus principales accionistas: la familia Riberas, a través de su holding familiar Acek, con un 15,693% del capital; los March, a través de Corporación Financiera Alba, con un 10%; y Antonio María Pradera, presidente de CIE, con otro 10%. Unos resultados que “son fruto de nuestro exitoso modelo de negocio, de nuestro posicionamiento estratégico en mercados de gran crecimiento y, por encima de todo, del excelente trabajo de todo el equipo de la compañía”, ha destacado el CEO, Jesús María Herrera. Además, ha destacado que en los dos primeros años del Plan Estratégico “hemos conseguido el 70% de nuestro objetivo de crecimiento y más del 60% de nuestro objetivo de generación de caja operativa”.

CIE Automotive ha obtenido un beneficio neto de 90 millones de euros, el más alto de su historia (la cual empezó en 1996). Asimismo, ha aumentado su ebitda un 13,8%, a 179,3 millones, y su resultado neto de explotación (ebit) un 14,3%, hasta 134,3 millones. Por su parte, la facturación ha ascendido a 1.008 millones (+10,3%) y la generación de caja operativa ha sido superior a los 100 millones.