Gestamp ha recibido premio bursátil este martes, cuando su cotización ha subido un 6,79%, tras haber dado a conocer unos buenos resultados de 2022. Y al mismo tiempo, CIE Automotive se lo llevó un día antes, con alza del 2,51%, al obtener ventas y rentabilidad récord.

Estas dos compañías reflejan que los fabricantes de componentes automovilísticos han acelerado en 2022, tras afrontar la crisis del Covid y unas débiles ventas de coches en los últimos años. De hecho, a estas dos empresas les va mucho mejor que a algunos fabricantes automovilísticos, y una de las grandes beneficiadas es la familia Riberas, que a través de su vehículo de inversión (Acek Desarrollo y Gestión Industrial) es el primer accionista de ambas: controla el 73,76% de Gestamp y el 15,693% de CIE.

Gestamp ha superado los niveles preCovid. En concreto, ha obtenido un beneficio neto de 260 millones de euros, un resultado bruto de explotación -ebitda- de 1.210 millones (+21,2%), un ebit de 540 millones, un aumento del margen ebitda del 12,3% al 12,7% u unos ingresos de 10.726 millones (+32,5%). Y a todo esto se suma que el fabricante de componentes metálicos automovilísticos que preside Francisco José Riberas ha elevado las inversiones y al mismo tiempo ha reducido la deuda.

Por su parte, CIE Automotive ha logrado un beneficio neto de 300,1 millones (+12,2%) en 2022, algo superior al de Gestamp; un ebitda de 633,4 millones y un ebit de 446,7 millones. Y todo ello, la multinacional vasca de componentes de automoción lo ha conseguido con unos ingresos de 3.838,6 millones (+24,1%), casi tres veces menos que los de Gestamp, y ha reducido su ratio de deuda neta sobre ebitda por debajo de las dos veces.