Caixabank, el primer banco de España y tercer banco español, presentaba los resultados de la entidad correspondientes a los nueve primeros del ejercicio.

El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, se muestra, como el resto de sus colegas, tremendamente cauto a la hora de hacer cualquier advertencia. Los resultados son aparentes. Ahora bien, vivimos un momento en el que, si las cosas van bien, el  banquero no habla demasiado para que no se metan con él; si las cosas van mal, no hay que hablar demasiado para que no exageren el agujero. Si la banca va bien, mal; si va mal, peor. Pero para el conjunto de los ciudadanos, recuerden, cuando un banco se quema algo suyo se quema.

Y, sobre todo, si el Gobierno es agresivo y un muchito demagogo, como es el caso de Ejecutivo Sánchez, entonces no hay que decir nada de nada... que pueda enfadar al susodicho Gobierno. 

Ejemplo, Hispanidad le pregunta a Gortázar por unos Presupuestos que, en todos los ámbitos empresariales, se consideran una calamidad: más impuestos, más gastos, más déficit, más deuda. Sin embargo, Gortázar, que procede de la banca de inversión pero parece que estudió en la escuela diplomática, se va por la tangente: que opinen ellos. A lo más que llega es a dar una de cal y otra de arena a doña Marisu Montero: a corto plazo "hay personas que lo van a pasar mal, hay que ayudar esa familias. Y lo vamos a hacer". A medio plazo, "hay que poner el foco en la consolidación presupuestaria... diseñar una hoja de ruta para dar confianza en los mercados" y, atención "mejorar la productividad". Eso sí, "yo no entro en cómo llegar a esos fines". 

Más claro resulta -y lo es por primera vez de forma tan nítida- al expresar su opición sobre la presencia del Gobierno -perdón, del Estado- en el capital de Caixabank, nada menos que con un 17,5% del capital. Gortázar no esconde su deseo de que se marchen pero no mete prisa: "Estoy de acuerdo en la desinversión por parte del Estado... (pero) que sea el Estado quien decida". 

Impuestazo: a Caixabank le va a costar 450 millones de euro. La entidad aclara: no es un impuesto, es una prestación patrimonial (o sea, una donación forzosa). ¿Hacerlo permanente? ¡Eso ya sería el acabose!  

Impuestazo de Pedro Sánchez: Gortázar repite que a Caixabank le va a costar 450 millones de euros. Y también sus argumentos: Esto no es un impuesto, es una prestación patrimonial. O sea, una donación. Además es un impuesto peligrosísimo porque afecta a los ingresos, no al beneficio. Está dañando el negocio, no la ganancia del negocio. Y está siendo injusto: una empresa puede mejorar los ingresos y perder dinero.

¿Permanente como ahora pretende la izquierda? Es cuando Gortázar tuerce el gesto. El impuestazo, "ilógico", y mucho más perpetuarlo en el tiempo. Además, beneficia a los bancos extranjeros que compiten en España con los españoles y no tendrán que pagarlo. Total, un desastre. Otra cuestión polémica en la que Gortázar se niega a que le cojan: el  PERTE del automóvil y la subvención pública en la futura fábrica de baterías de Sagunto. Gortázar no quiere criticar a Volkswagen pero lo cierto es que la multinacional alemana ha chantajeado al gobierno Sánchez... y que le ha salido bien el chantaje. No entra, pero asegura que los fondos 'next generation' son claves para el futuro. 

Vamos con las cuentas. Buen año, aunque la rentabilidad, tanto media sobre recursos propios como sobre activos, continúa estancada o hacia abajo. Y lo malo es que esto empieza a ser un mal extendido. El negocio bancario va a mejorar -aunque los banqueros ejercen ahora de llorones- con la subida de tipos. Hasta ahora se han salvado gracias a la comisiones y a liberar provisiones no ejecutadas... o a empequeñecerse. 

Ahora se deja ver que la reducción de plantillas y de oficinas de Caixabank, en el momento más difícil, le ha salido bien. 

Tengan en cuenta que, durante el último año, entre el 30 de septiembre de 2021 y la misma fecha del 2022, Caixabank ha perdido 5.200 empleados, de 50.000 a 44.500 y que se ha cerrado 856 oficinas, hasta las 4.461 actuales. 

Hipotecas. Las encuestas de tipo variable, que serán las más afectadas, representan el 25% del total. El Gobierno se ha empeñado en que los bancos deben ser buenos con los clientes, pero eso, que suena muy bien, a los muy solidarios chicos de Podemos, resulta que es ser un mal banquero. 

Más lógico es la dación en pago, que precisamente Caixabank ha aplicado con ganas. Así, aunque representa algo menos del 25% del sector ha ejecutado más del 35 de todas las daciones en pago aplicadas en España. Además, Gortázar asegura que no vivimos una burbuja inmobiliaria.

¿Y la reacción de la bolsa? En efecto, no se entiende. El IBEX ha castigado con dureza al sector bancario y, más que a nadie, a Caixabank que, a mitad de sesión, caía por encima del 6%. En unas horas había perdido todo lo ganado en un mes.