Los detalles los tienen aquí. Y las explicaciones de Christine Lagardeaquí.

Y si además quieren ver -verán poco, se lo aseguro- el instrumento antifragmentación (TPI), lo tienen aquí

Jueves 21 de julio: acaba la era de los tipos bajos, seis años después de que el BCE y otras autoridades monetarias occidentales se lanzaran a la absurda carrera que llevó a vivir tipos en negativos. Porque te guarden tu dinero tienes que pagar, por recibir un préstamo te pagan a ti, el mundo al revés.

"El horizonte económico se está oscureciendo". Vale, ¿y qué?

La situación es esta: con una inflación por encima del 8% y camino del 9%, doña Christine Lagarde, la francesa tranquila y parsimoniosa que lidera el Banco Central Europeo (BCE) se ha decidido, por fin, a acabar con la anomalía histórica de los precios del dinero en negativo, un sinsentido que llevaba vigente seis años y que, unido a la similar política en Estados Unidos, ha servido para devaluar toda la economía occidental y para forjar una casta -aquí sí- política irresponsable, que se ha mantenido en el poder a costa de endeudar a sus ciudadanos por una par de generaciones. 

Dicen que la subida del BCE provocará un aumento del precio de las hipotecas. Muy cierto pero, sobre todo, provocará que esa casta de irresponsables, tipo Pedro Sánchez, no pueda endeudarse alegremente y que empresas y familias empiecen a funcionar como siempre se funcionó: con muchos fondos propios, y pocos fondos ajenos, que es lo sensato.. 

Es este proceso de especulación legal y rampante, el que ha creado el bitcoin y otros instrumentos monetarios que sólo merecen una pegunta: ¿para qué sirven? Y la respuesta es: para nada. Para enriquecer a algunos y arruinar a los demás. 

Ahora bien, Lagarde en su línea: sube el precio oficial del dinero del 0,0 al 0,5% pero no sabemos qué va a hacer a partir de ahí. Lagarde es la antítesis de un buen gobernador: no aclara el panorama ni cuando toma decisiones revolucionarias.

 

El BCE aprueba la política fiscal: ¿a la italiana o a la española? ¿Subimos impuestos o los bajamos? ¿Más o menos Estado?

Ejemplo, se pone en marcha el mecanismo antifragmentación, otro estúpido solecismo económico que significa que no puede dejar de comprar deuda de países como España, Italia, Grecia (y otros, como Francia) porque los damnificados podían entra en suspensión de pagos. Es decir que el BCE ha dejado de comprar deuda alemana pero seguirá comprando deuda sureña.

Instrumento para la protección de la transmisión (TPI) o apoyo a la deuda del sur de Europa... pero no sabemos hasta qué limite.  

Finalmente, el horizonte económico se está oscureciendo. Vale, ¿y qué?

Lo mejor de Lagarde: que los salarios suban, no son los culpable de la inflación. Eso es verdad. Por ejemplo en España

Más. Lagarde ha dejado claro que el BCE aprueba la política fiscal: ¿a la italiana o a la española? ¿Subimos impuestos o bajarlos? ¿Más o menos Estado? En otra palabras, ¿qué es lo que está aplaudiendo Lagarde?

Lo mejor de la gobernadora: que los salarios continúen subiendo pues no son los culpable de la inflación. Eso es verdad. Por ejemplo en España. Ahora bien, el matiz resulta indispensable: ¿Y los impuestos laborales? Deben subir al mismo ritmo. Porque en España, el país con más paro de Eurolandia, es también el país con la cuotas sociales más altas. 

En resumen, Lagarde ha hecho bien en subir el precio del dinero y en dar el salto de los cincuenta puntos básicos. Es decir, que los ha subido mucho. Ahora le queda explicarnos hasta dónde quiere llegar. Pero la medida es acertada. Dolorosa para España y para toda la economía occidental a corto plazo. Sí, pero acertada.