El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa ha elevado la operación BBVA-Sabadell al Consejo de Ministros, por razones de interés general. La noticia saltaba este martes por la tarde, tras el cierre del mercado, por aquello de que son empresas cotizadas, como si el hecho de serlo impidiera hacer anuncios desde las 9 de la mañana hasta las 17:30 de la tarde. Basta con enviar un comunicado a la CNMV. Sea como fuere, esa ha sido la decisión que, por ahora, coincide con lo que quiere Carles Puigdemont: que el Sabadell continúe en solitario.
El Gobierno tiene ahora treinta días naturales -hasta el jueves 26 de junio incluido- para emitir su dictamen, esto es, sus condiciones para que el interés general no se vea afectado. Porque si algo hay que reconocerle a Carlos Cuerpo es que ha mantenido la misma postura durante todo este tiempo y eso, en el Gobierno Sánchez, es un valor escaso. Si Cuerpo apura el plazo, el del martes 24 de junio será el último Consejo de Ministros disponible para exponer su decisión final.
El ministro habló, desde el Senado, de cinco ministerios involucrados en la decisión. El suyo y cuatro más, curiosamente el mismo número que tiene Sumar, cuya líder, Yolanda Díaz, fue la más contundente opositora a la operación. En cualquier caso, resulta imposible valorar el papel de Sumar en la decisión.
Ahora quedan dos incógnitas: cómo va a reaccionar el mercado ante una política intervencionista y dos, si el mercado acepta la oferta rácana del BBVA. En el horizonte, el fondo de la cuestión: ¿La OPA es buena? No, no lo es, porque no aporta nada a la sociedad española. Sólo aporta a Carlos Torres.