No estaba siendo un buen año para Barclays, con un negocio estancado y con una actividad comercial en retroceso, hasta el cuarto trimestre, en el que resurgió la banca de inversión. Así, de octubre a diciembre, el beneficio neto del banco alcanzó los 1.340 millones de euros (en 2020 fue de 265 millones) tras un aumento del 4,4% de los ingresos, hasta los 6.200 millones de euros. Todo por encima de las previsiones de los analistas, como se pueden imaginar.

Los buenos resultados del cuarto trimestre propiciaron que, al final, el beneficio neto del grupo se multiplicara por cuatro respecto al de 2020 y alcanzara los 7.650 millones de euros, tras unos ingresos que solo aumentaron un 0,8%, hasta los 26.300 millones de euros. En otras palabras, además de la banca de inversión, lo que salvó al Barclays en 2021 fue la liberación de provisiones: tuvieron un impacto positivo de 785 millones de euros frente al impacto negativo en 2020 de 5.800 millones.

En definitiva, 2021 volvió a ser un mal año para el Barclays, que salvó en el último trimestre, gracias al negocio de banca de inversión y a la liberación de provisiones. Además, volvió a ser multado, esta vez por participar en un cártel en el mercado de divisas, junto a HSBC, UBS, RBS y Crédit Suisse.

La crème de la crème.