Sólo llevaba nueve meses como presidente y fue el fichaje estrella de Credit Suisse para remontar el vuelo tras varios escándalos financieros que le afectaron más que la pandemia y tuvieron un impacto negativo en las cuentas de más de 4.500 millones de euros.

Pero António Horta-Osório cometió uno de los peores delitos que se puede cometer actualmente: saltarse la cuarentena y viajar de Suiza a la Península Ibérica antes de los diez días establecidos de aislamiento. Imperdonable. La investigación interna del banco -a esto se dedican ahora los servicios de vigilancia- descubrió, además, que el portugués había sido reincidente: en julio de 2021 acudió a la final de Wimbledon saltándose la normativa Covid.

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“Lamento que una serie de mis acciones personales hayan provocado dificultades al banco y hayan comprometido mi capacidad de representar al banco interna y externamente”, afirmó el banquero este lunes en un comunicado.

Existen muchas razones por las que Horta-Osório debía dimitir, pero ninguna de ellas era por saltarse la cuarentena. El banco ha nombrado, en su lugar, al exUBS Axel Lehmann, consejero de la entidad desde octubre y presidente del comité de riesgos.