El anuncio estrella de Pedro Sánchez el domingo 16 podría quedar en nada -¡qué raro!-, a la espera de ver cómo se concreta en el Consejo de Ministros del martes. Ya saben: el Gobierno movilizará 50.000 viviendas de la Sareb “para el alquiler a precio asequible de los jóvenes y familias de nuestro país”, proclamó el presidente durante la Convención Municipal de Valencia, ante el entusiasmo de sus seguidores.

“Habrá que ver si las viviendas de Sareb se pueden adecuar bien a la demanda o las necesidades de las familias en este momento”, afirmó Alejandra Kindelán, durante la rueda de prensa posterior a la Asamblea General de la Asociación Española de Banca (AEB), celebrada este lunes.

La presidenta de la patronal, que aseguró que “siempre es bueno” ampliar el parque público de vivienda, recordó, no obstante, que las entidades ya aportaron 10.500 casas al Fondo Social de la Vivienda, en 2012. Pues miren por dónde, once años después siguen libres más del 12% de ellas (unas 1.300) porque no hay candidatos que cumplan los requisitos establecidos.

De las 50.000 viviendas, el Gobierno ofrecerá 21.000 a las CCAA y ayuntamientos y promoverá la construcción de hasta 15.000 viviendas públicas en suelos disponibles del ‘banco malo’. Además, impulsará el alquiler social de otras 14.000 que ya están habitadas. ¿Tiene la Sareb 21.000 viviendas apetecibles? No. ¿Cuánto tiempo tardará el Gobierno en promover las otras 15.000? Unos 10 años. Para entonces, todos calvos.

En cualquier caso, lanzar 50.000 viviendas cuando todavía hay unas 1.300 sin ocupar desde 2012…