Este lunes, la central nuclear de Almaraz se ha vuelto a hacer valer con sus “excelentes resultados” de 2024, pese a la asfixia fiscal que soporta... y pone en riesgo su viabilidad. Se trata de la instalación de mayor aportación al sistema eléctrico nacional y que paga 435 millones de euros en impuestas al año, tras la subida de la tasa Enresa en un 30% desde el pasado 1 de julio (el último ‘regalo’ de Teresa Ribera antes de irse a Bruselas).

Con sus dos reactores, cerró 2024 con una producción de 15.655 gigavatios-hora (GWh) y evitó la emisión de 5,5 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Una vez más, ha cubierto el 7% de la demanda eléctrica anual, lo que equivale al consumo de 4 millones de hogares españoles. Paga 435 millones en impuestos (de los que unos 100 millones se abonan en Extremadura), una cantidad excesiva que pone en riesgo su viabilidad porque supera a todos sus costes operativos.

La central de Almaraz paga 435 millones en impuestos (de los que unos 100 millones se abonan en Extremadura), una cantidad excesiva que pone en riesgo su viabilidad porque supera a todos sus costes operativos

A pesar de todo esto, se realizan inversiones anuales de 50 millones para la mejora, actualización y modernización de equipos con las que se encuentra en excelentes condiciones para seguir operando más allá de 2027, incluso hasta los 80 años (2063), y de hecho, la central de North Anna (Virginia, EEUU), gemela de Almaraz tiene licencia para operar 80 años. La central extremeña (que es propiedad de Iberdrola, Endesa y Naturgy) está entre las mejores del mundo, al figurar en la categoría más alta de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO), lo que refleja su desempeño ejemplar y sus excelentes estándares de funcionamiento. Asimismo, es clave para garantizar el suministro debido a su alta disponibilidad de funcionamiento, pero el Gobierno insiste en cerrarla (Sara Aagesen en esto mantiene la postura de Ribera) y tampoco tiene en cuenta el gran impacto que tendría sobre el empleo, como ha señalado Manuel Carreño, jefe de turno de la central extremeña, en su entrevista con Hispanidad.

Respecto a la asfixia fiscal, cabe recordar que no sólo Almaraz, sino el resto de las centrales abonan numerosos, elevados y redundantes impuestos (entre estos últimos están el impuesto sobre la producción de combustible nuclear gastado y las ecotasas autonómicas con la Tasa Enresa):

  • Tres impuestos estatales + tasa Enresa:
    • IVPEE (Impuesto sobre el valor de la producción de energía eléctrica del  7% que se aplica a todas las fuentes que participan en el sistema eléctrico)
    • Impuesto sobre la producción de combustible gastado
    • Impuesto sobre la producción de residuos radiactivos resultantes de la generación de energía nucleoeléctrica (residuos de baja y media actividad)
    • Tasa Enresa
  • Otros tres de ámbito autonómico que se conocen como “ecotasas”:
    • Impuesto sobre instalaciones que inciden en el medio ambiente en Extremadura (donde se ubica Almaraz)
    • Impuesto sobre instalaciones que inciden en el medio ambiente en Comunidad Valenciana (donde se encuentra Cofrentes)
    • Impuesto sobre instalaciones que inciden en el medio ambiente en Cataluña (donde están las centrales de Ascó y Vandellós II)
  • Y otros de ámbito local, así como tras tasas y tributos:
    • Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI)
    • Impuesto de Actividades Económicas (IAE)
    • Tasa por la prestación del servicio de la Guardia Civil
    • Tasa por servicios prestados por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)

Todo esto supone que las centrales españolas abonan entre 9 y 10 euros/MWh en impuestos nacionales, locales y tasas. A esto se suman 10,36 euros/MWh por la Tasa Enresa desde el pasado 1 de julio, cuando subió un 30%, pese a que el acuerdo firmado en 2019 recogía que se incrementaría, como máximo, un 20%. Con este encarecimiento (que está recurrido en los tribunales), se han añadido 130 millones a los 450 millones anuales que ya pagan cada año al Fondo Enresa. Además, hay entre 1,8 y 6 euros/MWh en impuestos autonómicos; y entre 1 y 1,5 euros/MWh en impuestos locales y otras tasas y tributos. Así, en total, el parque nuclear español paga, de media, 28 euros/MWh.

En los últimos cinco años “la carga tributaria específica soportada por el parque nuclear se ha incrementado un 70%, pasando de 16 euros/MWh a 28 euros/MWh, discriminando la generación nuclear frente a otras tecnologías y haciendo insostenible su viabilidad económica”, destaca Foro Nuclear

Cabe recordar que el pasado verano, la consultora PwC refirió que “varias de estas cargas fiscales son redundantes y su fin no está justificado”. También subrayó que “la fiscalidad que soporta el parque nuclear se ha incrementado más de un 70% en los últimos cinco años, y entre 2025 y 2035 supondrá más de un 40% de sus costes totales. Más recientemente, hace unas semanas, Foro Nuclear (asociación que agrupa a la industria nuclear española) afirmó que “la política energética es responsabilidad del Gobierno” y “la política fiscal también”, destacando que en los últimos cinco años “la carga tributaria específica soportada por el parque nuclear se ha incrementado un 70%, pasando de 16 euros/MWh a 28 euros/MWh, discriminando la generación nuclear frente a otras tecnologías y haciendo insostenible su viabilidad económica”.

Respecto a la seguridad, hace unos días, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha publicado su balance de 2024, donde recoge que recibió 38 notificaciones de sucesos en centrales nucleares. Todos estos sucesos se clasifican mediante la Escala internacional de sucesos nucleares y radiológicos (INES, por sus siglas en inglés) y todos fueron clasificados con nivel 0, es decir, “sin significación para la seguridad”.

En paralelo, los resultados de Almaraz correspondientes a 2024 se han conocido un día antes de que los diputados debatan en el Congreso una Proposición No de Ley que ha presentado el PP para extender la vida útil de las centrales nucleares, y cuya votación tendrá lugar el día 12. Al hilo del debate y de la votación, Alfredo García (más conocido en X como Operador Nuclear), que es ayudante de jefe de turno en la central nuclear de Ascó, tiene licencia de operador de reactor y supervisor, y también es ingeniero de Telecomunicaciones, licenciado en Comunicación Audiovisual, divulgador científico y escritor, ha escrito una carta a los diputados, donde ha pedido que sea un debate “basado en la ciencia, la economía y la sostenibilidad”, porque "lo que está en juego es nada menos que el suministro energético, la estabilidad del sistema eléctrico, la competitividad de nuestras empresas, el coste de la electricidad para los ciudadanos y la protección del medio ambiente”.

Alfredo García (‘Operador Nuclear’) pide a los diputados un debate sobre PNL del PP “basado en la ciencia, la economía y la sostenibilidad”, porque "lo que está en juego es nada menos que el suministro energético, la estabilidad del sistema eléctrico, la competitividad de nuestras empresas, el coste de la electricidad para los ciudadanos y la protección del medio ambiente”

García también ha pedido a los diputados “que voten con responsabilidad, con visión de futuro y pensando en el bienestar de los ciudadanos”. Asimismo, ha referido estudios de múltiples organismos (Agencia Internacional de la Energía, Join Research Centre, Comisión Económica para Europa de la ONU -UNECE-, entre otros) que certifican la importancia de la nuclear y ha recordado que el pasado noviembre, Red Eléctrica tuvo que interrumpir el suministro eléctrico a parte de la gran industria para evitar apagones debido a varios factores (bajas temperaturas, escasa producción renovable y la parada temporal de dos reactores nucleares, uno por recarga de combustible y otro por una reparación. “Si esto ocurrió con cinco reactores en funcionamiento, imaginemos qué pasará cuando los siete reactores se cierren definitivamente”, ha subrayado.