La tendencia es esa: depender cada vez menos de la venta de terminales y diversificar el negocio con servicios, cuyo máximo exponente a día de hoy es Apple TV+. En los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal (octubre-julio), la compañía ingresó 293.787 millones de dólares, un 3% menos, y ganó 74.039 millones, un 6% menos que el ejercicio anterior, según las cuentas publicadas el jueves.

Sea como fuere, a pesar del retroceso, el iPhone sigue siendo la estrella. Durante el tercer trimestre, Apple facturó 39.670 millones de dólares por la venta de estos terminales (un 2,5% menos que un año antes), frente a los 21.191 millones que ingresó por los servicios (un 8,1% más).

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El consejero delegado, Tim Cook, ya está pensando en la próxima presentación, en septiembre, cuando anunciará, entre otros, el iPhone 15 y la nueva generación del Apple Watch. No se descarta que, además, y viendo la caída de las ventas del resto de dispositivos, aproveche para presentar novedades en el resto de dispositivos. El más necesitado es el iPad, cuyas ventas cayeron un 19,8% en el trimestre y no superaron los 5.790 millones de dólares.

En definitiva, Apple sigue con su hoja de ruta que consiste en depender cada vez menos del iPhone sin que se resienta la cotización. De momento lo está consiguiendo y la compañía que dirige Tim Cook -principios de julio- fue la primera en superar los 3 billones de dólares de capitalización.