Un fenómeno peligroso: los alemanes y otros centroeuropeos andan a la caza de las frutas y verduras españolas y ofrecen el dinero que sea con tal de llevárselas a su país. ¿La razón? El precio del gas.

Sí, en Centroeuropa también plantan, sobre todo hortalizas. Pero no disponen del calorcito español, por lo que precisan el uso intensivo del gas para lograr la misma producción que en España se consigue de forma natural y sin ese alto coste... que ahora se ha vuelto prohibitivo. En definitiva, en Centroeuropa han dejado de sembrar, no les salen las cuentas y están dispuestos a compra frutas y hortalizas españolas al precio que sea. Traducido: están distorsionando el mercado español y creando serios problemas de suministro.

Juan Español está renunciando a determinados alimentos por su elevado precio

Firmas españolas como Mercadona (25% del mercado español de alimentación) están sufriendo la acometida. En la patronal ASAJA no protestan porque para el agricultor español está novedosa situación no es más que un aumento de demanda y una mejora de los precios, pero también sabe que este fenómeno puede ser flor de un día y que los problemas de suministro nunca son buenos ni para el comprador ni para el vendedor.

Porque, atención, la nueva demanda distorsiona el mercado en la doble vía de precios al alza y, sobre todo, falta de suministro, que es aún más grave que la inflación.

De hecho, Juan Español está renunciando a determinados alimentos por su elevado precio. Como ese vendedor de un puesto de mercado madrileño que había dejado de traer melocotones, no porque no hubiera en Mercamadrid, sino porque tenía que venderlos a un precio tal que en su barrio nadie se los iba a comprar. Cuidado, porque la evolución de los precios siempre es a corto plazo pero las costumbres del consumidor -no consumir melocotones- puede extenderse en el tiempo.

En cualquier caso, que el precio del gas distorsione algo aparentemente tan lejano como el mercado alimentario nos advierte de a qué tipo de crisis tan curiosa nos estamos acercando. A ver si el problema no va ser darwiniano, de alimentos, sino que todavía no hemos encontrado la energía definitiva para la humanidad. ¿No será la fusión nuclear controlada?

El Gobierno alemán ayuda con 200.000 millones a sus empresas energéticas mientras España les fríe a impuestos

En el entretanto, el Gobierno alemán ayuda con 200.000 millones de euros a sus empresas energéticas mientras España les fríe a impuestos. Sí, porque los 200.000 millones del nuevo fondo creado por Berlín, que tantas protestas ha provocado en toda Europa, es para reducir el precio de la energía. Sí, pero a través de la ayuda directa a las empresas energéticas alemanas. A cambio, en España, el Gobierno Sánchez les fríe a impuestos. No es buena base para competir en igualdad de condiciones.