En muchas ocasiones hemos aludido en Hispanidad a que la pandemia del Covid-19 ha puesto a las aerolíneas al borde de la quiebra y no parece que esta crisis vaya a terminar pronto, y mucho menos con la histeria que ha provocado la nueva variante (ómicron). Curiosamente, easyJet sube en bolsa más de un 5% este miércoles, pese a que sigue en pérdidas y de que ha reducido los ingresos a la mitad en su último año fiscal (octubre de 2020 a septiembre de 2021).

La low cost  británica ha tenido unas pérdidas de 1.215 millones de euros, sólo un 18,6% menores a las registradas en el ejercicio anterior y superiores a las que mostró en los nueve primeros meses (-1.114 millones). Los ingresos se han situado en 1.710 millones, frente a los 2.702 millones obtenidos hace un año, o sea, se han hundido un 52%, debido a la menor capacidad (28,2 millones de asientos, un 49% menos) y la menor ocupación (ha bajado del 87,2% al 72,5%). Esta merma de ingresos, como es lógico, ha repercutido en menor resultado y menores costes (-28%, a 2.618 millones). Eso sí, la aerolínea ha logrado mantener la deuda neta en 1.067 millones y ya cuenta con una liquidez de 5.162 millones -no hay que olvidar que hizo una ampliación de capital de 1.400 millones el pasado septiembre a la que no acudió el fundador y principal accionista, Stelios Haji-Ioannou-.

La low cost prevé recuperar los niveles de capacidad preCovid en el cuarto trimestre de su presente ejercicio fiscal (es decir, entre julio y septiembre de 2022) y ha señalado que es “demasiado pronto” para valorar el impacto de ómicron, aunque está preparada para “períodos de incertidumbre como este”. “Como la aerolínea más grande del Reino Unido, esperamos un beneficio significativo a medida que el Reino Unido se recupere a continuación de la temporada de verano”, ha señalado el CEO, Johan Lundgren, y ha añadido que ven una oportunidad de ganar clientes y quitarle participación de mercado a sus rivales en invierno.