La Organización Mundial del Comercio cuenta desde este lunes con la primera directora general de su historia, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iwealda, que sustituye al brasileño Roberto Azevedo, en el cargo desde hace siete años. Okonjo-Iwealda ha hecho historia, además, porque es la primera persona africana en ocupar ese puesto.

Sus antecedentes no dejan lugar a dudas: se trata de una progre que cumple a la perfección los postulados del Nuevo Orden Mundial. No es de extrañar que contara con el apoyo de Joe Biden, frente a la candidata de Donald Trump, la ministra Surcoreana de Comercio, Yoo Myung-hee, que se retiró ante la falta de apoyos.

Conviene recordar que, cuando llegó a la Casa Blanca, Donald Trump rompió relaciones con la OMC -la organización se paralizó- por su política de no aranceles comerciales, que beneficiaba principalmente a China frente al resto de países desarrollados, por emplear mano de obra mucho más barata. Fue entonces cuando el presidente norteamericano redujo los impuestos para favorecer la repatriación de capitales a EE.UU. y la inversión en el país, al tiempo que impuso aranceles, principalmente a China y Europa.

La llegada de Biden ha reactivado a la OMC, ahora bajo la dirección de Okonjo-Iwealda. La exministra nigeriana tiene mucha experiencia en economía global: ha trabajado en el Banco Mundial durante 25 años, primero como vicepresidenta y luego como directora gerente, entre 2007 y 2011. Actualmente es consejera de Standard Chartered Bank, de la Alianza Global para Vacunas e Inmunización y de Twitter. Efectivamente, cumple todos lo requisitos.