Absorción de la filial Sfera. Reducción de dividendo -quizás había que haberlo suprimido- para reforzar el balance, post-coronavirus y de nuevo a vueltas con la deuda. De todo eso es de lo que se ha hablado en la Junta General de Accionistas de El Corte Inglés celebrada hoy, domingo 26 de julio, en Madrid. Pero créanme, todo eso es puro trámite.

Tras el coronavirus, y ojalá el ensayo hubiera sido anterior, el objetivo del equipo directivo del CEO, Víctor del Pozo, es muy sencillo: transformarse, a toda velocidad, en comercio electrónico. No se abandonarán los centros pero el nivel de ventas tardará en volver a ser el de antes. Además, los centros son claves para el comercio electrónico.

A El Corte Inglés le falta una empresa de logística de primer nivel

¿La clave? Entregar el producto antes que Amazon. Es lo que hizo Walmart en Estados Unidos… y venció a Amazón. ¿El Corte Inglés, es capaz de hacerlo tras el coronavirus? Por ahora, ni de broma. Su experiencia en e-commerce ha resultado un bautismo de sangre pero con desastre en las entregas (tardanzas, errores). Eso sí, ha servido como unas maniobras aceleradas con fuego real.

Vencer a Bezos no es ningún imposible: ECI tiene los centros logísticos, de los que carece Amazón. Además, insisto, Walmart lo consiguió.

De entrada, a El Corte Inglés le falta una empresa de logística de primer nivel, de entregas. Ahora mismo se decide si debe ser compañía de bicicleteros o de otro tipo de entrega más acorde con el marchamo de calidad de El Corte Inglés. Eso sí será propia. Es lo único que, por el momento, tiene claro la compañía que preside Marta Álvarez.

El problema al que se enfrenta Víctor del Pozo es conseguir cambiar el chip de la plantilla: ahora deben dedicarse a la venta electrónica y olvidarse de su experiencia anterior

Otrosí: hay que digitalizar todo el etiquetado. Eso parece fácil pero exige muchas horas de trabajo y mucho dinero a invertir

Pero, sobre todo, el problema al que se enfrenta el CEO, Víctor del Pozo, es conseguir cambiar el chip de la plantilla: ahora todos, de una u otra forma, deben dedicarse a la venta electrónica. No es tan sencillo. Y el asunto urge porque El Corte Inglés ha llegado tarde a la venta por internet.

Y no, los inmuebles no son la solución. En primer lugar porque hay que ir olvidándose de la primera valoración (17.000 millones de euros) para conformarse con otra que cifraba el patrimonio inmobiliario de ECI en los 10.000 millones euros. Y en segundo lugar, porque sólo una pequeña parte de ese patrimonio resulta monetizable.

El coronavirus ha provocado una sociedad de idiotas-zombi para los que el comercio electrónico no es una opción sino una necesidad

Y para no quitarle un ápice de gravedad al asunto, porque sería mentir, concluyo de esta forma: ECI se juega en el comercio electrónico, el ser o no ser tras el coronavirus y… tras esta sociedad de imbéciles que estamos creando, con miles de insanos empeñados en no salir de la cabaña, una sociedad zombi, de verdaderos cadáveres en vida. Nada que ver con el comercio tradicional, lleno de vida, pero que corre el riesgo de morir ante este nuevo comercio, un pelín deshumanizado por decirlo finamente, donde las personas no son personas con voz sino apuntes de ordenador y de teléfono. Pero es lo que hay.