La ministra de Defensa de Alemania, Ursula von der Leyen, es la candidata a presidir la Comisión Europea.

Sin embargo, el nuevo Parlamento Europeo ha enviado un serio aviso a los 28 Ejecutivos: pondrá difícil que la ministra alemana Ursula Von der Leyen presida la Comisión Europea, asegura El Economista.

Von der Leyen tiene a sus 60 años ya una dilatada carrera política, tras ser ministra de tres carteras diferentes. E incluso era llamada la “madre de la nación” durante su etapa como ministra de Familia, Mujer y Juventud. El motivo es que es una orgullosa madre de siete hijos, explica Religión en libertad.

En estos años ha defendido los beneficios sociales y personales de tener hijos y de las familias numerosas, a la vez que fomentó las políticas de conciliación. Sin embargo, no se opuso a la aprobación del llamado matrimonio homosexual en Alemania, añade Religión en Libertad. Es su único borrón en su política profamilia.

Tal y como recogía ya Religión en Libertad en 2013, la ahora nueva presidenta de la Comisión Europea afirmaba que “la familia recobra su importancia, no sólo como factor de equilibrio, sino como herramienta para transmitir unos valores, una interioridad y una trascendencia. Además, comprobamos que sin niños un país no puede seguir existiendo, por razones económicas y también emocionales”.

Von der Leyen se define públicamente como cristiana practicante

Von der Leyen agregaba que “estamos en una situación muy crítica, sobre todo psicológicamente. Hay que volver a hablar del pan que los niños traen bajo el brazo: se llama alegría, fuerza creadora, seguridad futura…que los niños no significan pobreza, sino perspectiva”.

Nada querida por las feministas radicales por su defensa sin complejos de la maternidad y de que la mujer pueda elegir quedarse en casa cuidando de sus hijos, Von der Leyen se define públicamente como cristiana practicante.

En varias entrevistas afirma que siempre ha rezado con sus hijos por las mañanas antes de ir a trabajar y por las noches antes de acostarlos. Además, reivindica la importancia de estar juntos en la mesa en alguna de las comidas.

Igualmente, durante estos años ha defendido una vuelta a los “valores cristianos” que forjaron el continente, y que además serían muy buenos para las familias alemanas, y ahora europeas. Sin embargo, no todo en ella es coherencia, como se demuestra en el caso del matrimonio homosexual, concluye Religión en Libertad.