El interés de Josep Oliu por Bankia no es nuevo, pero sí el hecho de que el Sabadell valga más en bolsa que la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri. La diferencia no es mucha, ciertamente (5.586 millones el Sabadell frente a 5.485 millones Bankia, según la cotización de este miércoles), pero suficiente para tomar la iniciativa en una fusión que el presidente del Sabadell tiene en mente desde hace muchos meses y que serviría de colofón a su carrera como banquero.

La operación tiene sentido industrial: la única región que requeriría una profunda reestructuración por las duplicidades sería la Comunidad Valenciana, donde Bankia es fuerte por Bancaja y el Sabadell por la CAM. En el resto de España las fricciones serían mínimas. Además, la entidad resultante pasaría a ser una de las más importantes en servicios a pymes, algo que han buscado tanto Oliu como Goiri a lo largo de estos años.

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Las fusiones nunca son fáciles y necesitan el visto bueno, no solo de los bancos involucrados, evidentemente, sino también del regulador. El Banco de España quiere fusiones y las quiere ya mismo. Y es que, según la subgobernadora Margarita Delgado, las fusiones son la única salida para mejorar la rentabilidad del sector mientras el BCE no suba los tipos de interés.

A Oliu le gusta la idea y el nuevo Gobierno busca la manera de privatizar Bankia. Nadia Calviño sabe que la mejor manera es mediante una fusión, máxime cuando la cotización no solo no remonta, sino que continúa bajando. Pero aquí el asunto deja un poco de lado el aspecto industrial para adentrarse en terreno político, toda vez que, como adelantó Hispanidad, el PNV aspira a ‘recuperar’ el BBVA para el País Vasco y ve en la fusión BBVA-Bankia, con Goiri de presidente, la mejor -y única- manera para lograrlo. Los dirigentes vascos saben que el momento actual es irrepetible, con Pedro Sánchez dispuesto a negociar lo que sea con tal de aprobar los Presupuestos Generales del Estado.