El Gobierno de Nicaragua -que dirige el marxista Daniel Ortega- ha derogado las reformas de la Seguridad Social que han desatado las protestas callejeras que desde el miércoles han causado al menos 27 muertos, según datos de ONG -el Gobierno cifra el número de víctimas en 10-, y más de un centenar de heridos, un número indeterminado de detenidos y múltiples daños materiales, informa RTVE.

El Consejo Directivo del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) ha acordado revocar las dos resoluciones que han servido como "detonante para que se iniciara esta situación", ha dicho el presidente de Nicaragua Ortega, en un mensaje emitido por televisión.

"Queremos restablecer el orden, no podemos permitir que aquí se imponga el caos y saqueos", ha explicado Ortega, que ha hecho un llamamiento a la paz y ha destacado que "la mesa queda limpia para sentarse a tratar el tema con los empleadores y trabajadores".

El origen de la protesta es una reforma del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) aprobada el pasado 16 de abril por la cual la aportación salarial de los trabajadores a la seguridad social pasaba del actual 6,25% a un 7%; la de los empresarios mediante sus beneficios, de un 19% a un 22,5%; y los jubilados tendrían que empezar a contribuir con una retención en sus pensiones del 5% para cubrir sus enfermedades.

En su discurso, el presidente ha reconocido que la propuesta no tiene "viabilidad" y que es necesario el diálogo con el sector privado y los representantes de los trabajadores. Sin embargo, las manifestaciones han continuado por todo el país, y la oposición ha pedido la dimisión de Ortega y unas "elecciones libres, transparentes y competitivas, de inmediato", según ha declarado la presidenta del FAD.

El presidente ha tomado esta decisión para "facilitar el diálogo", para lo que ha invitado al cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, y a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a participar en las negociaciones.

No obstante, el mandatario ha advertido de que no habrá condiciones previas para el diálogo: "Un diálogo no se puede condicionar [...] No se me ocurre precondicionar el diálogo. Si nosotros condicionamos el diálogo a que se acuerde lo que ya se había acordado, no vamos a ningún lado".

Ortega se ha referido así a las tres premisas planteadas por el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), la principal patronal nicaragüense: fin de la represión, excarcelación de los detenidos y libertad de prensa. Además, el presidente ha argumentado que "no está justificada" la violencia "de todas las partes, de donde sea que venga", y ha condenado "todos los actos vandálicos".

la población también se ha manifestado contra los supuestos fraudes electorales, las continuas alzas de los combustibles, la actuación policial, las muertes sin explicación de campesinos opositores al Gobierno...

Por último, ha expresado su solidaridad con todas las víctimas mortales de la violencia, entre los que se encuentra el periodista de El Meridiano, Ángel Gahona, que falleció el sábado mientras cubría las manifestaciones, un adolescente y un policía.

Aunque las protestas estallaron el miércoles por la reforma, la población también se ha manifestado contra los supuestos fraudes electorales, las continuas alzas de los combustibles, la actuación policial, las muertes sin explicación de campesinos opositores al Gobierno y el discurso oficial de "paz y reconciliación", que consideran que no refleja la realidad del país. El sábado, en su primera aparición desde la crisis, el presidente culpaba a los "pequeños grupos de la oposición" de ser los causantes de las revueltas.

Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha condenado la ola de violencia en Nicaragua y ha instado a todas las partes a dialogar para evitar que se produzcan más muertes.

"Instamos al pronto cese de la violencia que ha causado estas muertes, así como un importante número de personas heridas", ha indicado la organización en un comunicado.

En la nota, la OEA destaca que "el enfrentamiento violento nunca ha sido una solución política", por lo que piden "la apertura de espacios de participación que reparen la convivencia entre las partes", que podrían ser restablecidos "por los actores religiosos que cuentan con la confianza de la sociedad de Nicaragua" . En este sentido, la organización ha insistido en que "el pueblo nicaragüense no desea más violencia ni enfrentamientos" y ha afirmado que "su historia conlleva el más profundo deseo de elegir el camino del diálogo y el entendimiento":

El texto recoge la disposición a la "cooperación para asegurar el efectivo funcionamiento de las instituciones en el marco del Estado de Derecho" y reitera "su compromiso para contribuir a encontrar soluciones en el camino de la paz y la convivencia".