Lo de ayer martes, lo de María Jesús Montero, ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, constituyó su mejor escenificación de una cualidad, que no virtud, que le acompaña siempre: Marisú es tremendamente económica con la verdad.

Pero ayer se pasó un poquito. Resulta que era el Consejo que había aprobado el secretísimo Plan de Recuperación con fondos europeos, la próxima generación, ¡oh sí!, la piedra filosofal que acabará con todos nuestros problemas. Pero hasta la prensa no precisamente crítica con el PSOE, se vio obligada a recordarle que si el Plan de Recuperación europeo ya había sido aprobado por el Gobierno, ¿por qué el Gobierno no lo enseña? Y ahí es donde Marisú dio el do de pecho: nos explicó a todos, todas y todes los presentes, física o virtualmente, que eran muchas páginas y no tenía los adecuados soportes informáticos. Y ¡ole y ole y ole!: ¡Grande es Marisu!

Que aumenten los impuestos o que suban los salarios… a Bruselas le importa un bledo. Lo que no aceptan es que, ahora que se mutualiza la deuda, España resulte una carga

¿Por qué don Pedro Sánchez y doña Nadia Calviño -quien se ha mostrado como un verdadero bluf- ocultan su Plan de Recuperación? Pues porque no se les ocurre nada para re-industrializar España y crear empleo. Es sólo un plan para seguir pagando subvenciones, ahora con dinero, eso sí, de todos los europeos y con el objetivo último de mantener el voto cautivo en España. Lo que el Gobierno llama, “lo público”.

Nadia Calviño, insisto, es un verdadero bluf. Oculta a los españoles que Bruselas exige dos cosas: retrasar la edad de jubilación y despido libre. En ‘oficialés’, reforma de las pensiones y flexbilización del mercado de trabajo sin la cual nunca alcanzaremos el pleno empleo. Que aumenten los impuestos o que suban los salarios… a Bruselas le importa un bledo. Lo que no admiten es que, ahora que se mutualiza la deuda, España resulte una carga.

Pero lo más grave es lo predicho. El plan de Recuperación de Moncloa no es un plan de industrialización sino un plan de subvenciones públicas para mantener el voto clientelar del PSOE. Por eso, Sánchez habla de “Palancas”, con esa verborrea cantinflesca, disparada a gran velocidad, a la que nos tiene acostumbrados. Pero nunca concreta. Y si Sánchez y Calviño no concretan, no será Marisú quien se coma el marrón.

El plan de recuperación de Moncloa no es un plan de industrialización sino un plan de subvenciones públicas para mantener el voto clientelar del PSOE

Todo ello, apoyado en la gran mentira económica del momento: miren ustedes, ni la digitalización ni la ecología, por sí mismas, crean empleo alguno. No son la esencia, son sólo accidentes. Si lo prefieren son dos condiciones necesarias -más lo digital que lo verde- para el futuro. Pero la industrialización no consiste en que los españoles sepamos manejar un móvil sino en que sepamos fabricar móviles. La economía verde no consiste en que los españoles hagamos nuestros hogares más ecológicos, sino en que sepamos fabricar los aparatos, sistemas y redes para hacer nuestros hogares menos contaminantes… que no es lo mismo.

Y a Europa le importa un bledo la digitalización de España. Pero ahora que nos van a dar dinero mutualizado (del que nosotros aportamos parte pero el resto de países aportan el resto) no quieren que seamos una carga más pesada de lo debido para sus bolsillos.

La gran mentira económica del momento: ni la digitalización ni la ecología, por sí mismas, crean empleo alguno. No son la esencia, son sólo accidentes

Encima, se da la circunstancia de que el otro país más ayudado por Europa, Italia, liderado por Mario Draghi, ha presentado una plan de recuperación que consiste en reducir impuestos y burocracia, sobre todo en el mercado laboral. Así como apoyar, no proyectos ecológicos sino empresas ‘fabricantes de ecología’.

No me gustó Mario Draghi, inventor de la lacra del dinero barato en Europa, pero como primer ministro italiano, al menos sabe hacia dónde camina. Pedro y Nadia sólo son un enorme bluf que nos puede costar muy caro.