Parece que por fin se empieza a luchar contra los monopolios digitales. La Unión Europea (UE) ha dado un nuevo golpe a Google imponiéndole una multa de 4.340 millones de euros, la más alta de su historia.

¿El motivo? El abuso de posición dominante con su sistema operativo Android. Esto se concreta en los siguientes aspectos:

  1. Google ha exigido a fabricantes de dispositivos móviles preinstalar Google Search y el navegador Chrome como condición para tener licencia de su tienda digital Play Store
  2. Ha pagado a grandes fabricantes y operadores de redes móviles para que Google Search sea la única aplicación preinstalada en los aparatos
  3. Ha prohibido la venta de dispositivos móviles inteligentes con sistemas operativos basados en el código fuente de Android

Google tiene 90 días para cambiar, sino tendrá una nueva sanción que podría suponer el 5% del ingreso medio al día de su matriz

“Google ha usado Android como vehículo para cimentar el dominio de su motor de búsquedas. Estas prácticas han negado a sus rivales la oportunidad de innovar y competir. Han negado a los consumidores europeos los beneficios de una competición efectiva en la importante esfera móvil. Esto es ilegal bajo las normas europeas de competencia”, ha explicado la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. No es la primera vez que la política danesa se enfrenta al gigante de Internet, pues el año pasado le sancionó con 2.420 millones por favorecer su servicio de comparación de precios (Google Shopping), otro caso de abuso de posición dominante. Y ojo, porque ahora Google tiene 90 días para cambiar dicho comportamiento, sino tendrá una nueva sanción que podría suponer el 5% del ingreso medio al día de Alphabet, su matriz.

Por su parte, Google ya ha anunciado que recurrirá la multa de 4.340 millones y ha defendido que Android “ha creado más libertad de elección para todos, no menos. Un ecosistema vibrante, innovación rápida y precios más bajos son las características clásicas de una competencia sólida”, según su portavoz, Al Verney.

Y todo ello, sucede en vísperas de que España ponga en marcha un nuevo impuesto a las empresas de servicios digitales (la llamada popularmente 'tasa Google') que si sigue el consenso europeo podría gravar el 3% de su facturación. Y es que Europa está decidida a luchar contra los gigantes de Internet que son las empresas más capitalizadas del mundo (Google, Apple, Amazon, Facebook y Microsoft).